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sábado, 13 de abril de 2013

PAPA FRANCISCO "SER HIJOS ADOPTIVOS DE DIOS ES EL DON MAS GRANDE DEL MISTERIO PASCUAL" AUD.GRAL -10/04/2013





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AUDIENCIA GENERAL DEL 10 DE ABRIL 2013






EL PAPA: SER HIJOS ADOPTIVOS DE DIOS ES EL DON MAS GRANDE DEL MISTERIO PASCUAL
Ciudad del Vaticano, 10 abril 2013 (VIS).-El Santo Padre ha dedicado la catequesis de la audiencia general de los miércoles al valor salvífico de la resurrección de Jesús. 

Después de haber recorrido la Plaza de San Pedro en automóvil descubierto y saludado a los miles de personas que aplaudían a su paso, el Papa ha explicado que la fe cristiana “se basa en la muerte y resurrección de Cristo, como una casa construida sobre los cimientos: si estos ceden, toda la casa se derrumba. En la cruz, Jesús se ofrece a sí mismo ;tomando sobre sí nuestros pecados y descendiendo en el abismo de la muerte y en la resurrección los derrota, los elimina y abre el camino para renacer a una nueva vida”.

“Con la resurrección de Jesús -ha proseguido- sucede algo absolutamente nuevo: somos liberados de la esclavitud del pecado y nos convertimos en hijos de Dios, somos engendrados a una nueva vida. ¿Cuando ocurre ésto? 

En el Sacramento del Bautismo que en la antigüedad, se recibía normalmente por inmersión ... después del cual los bautizados salían de la pila y se ponían la nueva vestidura blanca, es decir nacían a una nueva vida, sumergiéndose en la muerte y resurrección de Cristo. 

En la Carta a los Romanos San Pablo escribe: “Habéis recibido el Espíritu que os hace hijos adoptivos, por medio del cual exclamamos:" ¡Abba! Padre ". El Espíritu que hemos recibido en el bautismo nos enseña, nos empuja a llamar a Dios “Padre” o mejor. “Abbà” que significa “papá”. Así es nuestro Dios: es un papá para nosotros. 

Este es el don más grande que recibimos del Misterio Pascual de Jesús. Dios nos trata como hijos, nos comprende, nos perdona, nos abraza, nos ama aun cuando nos equivocamos”.

Sin embargo, esta relación filial con Dios “no es como un tesoro que escondemos en un rincón de nuestras vidas: debe crecer, ser alimentada cada día con la escucha de su Palabra la oración, la participación en los sacramentos, sobre todo la Penitencia y la Eucaristía y la caridad. ¡Podemos vivir como hijos! 

Esta es nuestra dignidad, tenemos dignidad de hijos. Comportémonos como verdaderos hijos. Esto significa que cada día tenemos que dejar que Cristo nos transforme ...significa tratar de vivir como cristianos, tratar de seguirle, incluso si vemos nuestras limitaciones y nuestras debilidades. 

La tentación de dejar de lado a Dios para ponernos a nosotros mismos en el centro nos acecha siempre...Por eso tenemos que tener el valor de la fe y no dejarnos llevar por la mentalidad de quien nos dice: "Dios no hace falta, no es importante para ti." Al contrario, sólo comportándonos como hijos de Dios, sin desanimarnos por las caídas, sintiendo que nos ama nuestra vida será nueva, inspirada por la serenidad y la alegría. ¡Dios es nuestra fuerza! ¡Dios es nuestra esperanza!

“Nosotros somos los primeros que tienen que mantenerse firmes en esta esperanza y ser un signo visible, claro y brillante para todos- ha subrayado el Obispo de Roma- El Señor resucitado es la esperanza que no falla, que no defrauda . ¿Cuántas veces en nuestra vida las esperanzas se desvanecen? ¿Cuántas veces las expectativas de nuestros corazones no se hacen realidad? 

La esperanza de los cristianos es fuerte, segura, arraigada en esta tierra, donde Dios nos ha llamado a caminar, y está abierta a la eternidad, porque está fundada en Dios, que es siempre fiel... 

Ser cristiano no se reduce a seguir unas órdenes: quiere decir estar en Cristo, pensar, actuar y amar como Él, es dejar que él tome posesión de nuestra vida y la cambie, la transforme, para liberarla de la oscuridad del mal y del pecado”.

“A quien nos pide dar cuenta de la esperanza que hay en nosotros, mostremósle a Cristo Resucitado y hagámoslo con el anuncio de la Palabra, pero sobre todo con nuestra vida de resucitados. Mostremos la alegría de ser hijos de Dios, que nos da la libertad de vivir en Cristo, que es la verdadera libertad, la de la esclavitud del mal, del pecado y de la muerte! Miremos a la patria celestial y así tendremos una nueva luz y más fuerza en nuestras tareas y esfuerzos diarios. 

Es un valioso servicio que tenemos que prestar a este mundo nuestro que a menudo ya no es capaz de levantar la mirada hacia arriba, hacia Dios”.

Al final de la audiencia el Papa ha bajado a la Plaza para saludar y abrazar a las personas discapacitadas que asistían a la catequesis.



Papa habla en español durante audiencia general: "Ser cristianos no es sólo cumplir los Mandamientos"
2013-04-10 12:37:44 



REFLEXIÓN

a)

Era necesario que el Cristo padeciese y resucitase al tercer día de entre los muertos(Lc 24 16).

Fue necesario que resucitase por cinco motivos:

1°) Para recomendación de la justicia divina, a la cual pertenece exaltar a los que se humillan por Dios, según aquello: Destronó a los poderosos y ensalzó a los humildes (Lc. 1, 52). Luego si Cristo se humilló hasta la muerte de cruz por amor y obediencia a Dios, era necesario que fuese ensalzado por Dios hasta la resurrección gloriosa; por lo cual se dice de su persona: Tú conociste, esto es, aprobaste, mi sentarme, es decir, mi humildad y pasión, y mi levantarse, a saber, mi glorificación en la resurrección (Psal. 88,2).

2°) Para instrucción de nuestra fe: porque por su resurrección fue confirmada nuestra fe en la divinidad de Cristo, como dice el Apóstol:Si Cristo no resucitó, luego vana es nuestra predicación, y también es vana nuestra fe (1 Cor 15 14). Y en el Salmo 29, 10: Qué provecho hay en mi sangre, esto es, en el derramamiento de mis sangre, si desciendo, como ciertos escalones de males, a la corrupción?  Como si dijese: ningún provecho; “porque si no resucito al instante mi cuerpo se hubiese corrompido, a nadie predicaré ni ganaré a ninguno”, como expone la Glosa.

3°) Para levantar nuestra esperanza, porque al ver resucitar a Cristo, que es nuestra cabeza, esperamos que también nosotros resucitaremos. Por eso se dice: Si se predica que Cristo resucitó de entre los muertos, cómo dicen algunos de vosotros que no hay  resurrección de muertos? (1 Cor 15, 12). Y en Job: Yo sé, mediante la certeza de la fe, que mi redentor, esto es, Cristo vive, habiendo resucitado de entre los muertos y por lo tanto en el último día he de resucitar de la tierra… esta mi esperanza está depositada en mi pecho (25, 27).

4°) Para informar la vida de los fieles, según aquello: Como Cristo resucitó de muerte a vida por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida (Rom. 6, 4); y más adelante: Habiendo Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere;… así tambiénvosotros consideraos que estáis de cierto muertos al pecado, pero vivos para Dios en Nuestro Señor Jesucristo (Id. 9, 11).

5°) Para complemento de nuestra salvación, porque así como sufrió males se humilló muriendo, para librarnos de los males, del mismo modo fue glorificado resucitando, para conducirnos a los bienes, según aquello: El cual fue entregado por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. (Rom 4, 25) La Pasión de Cristo obró nuestra salvación en cuanto a la remoción de los males; más la resurrección, en cuanto a la incoación y modelo de los bienes.
Santo Tomás de Aquino (3ª.p.q LIII, a. I.)


b)

El Divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que El es iniciador y consumador: Sed pués vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48). 

Envió a todos el Espíritu Santo  para que los mueva interiormente a amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (Mt 12, 30) y a amarse mutuamente como Cristo los amó (Io 13,14; 15,12). 

Los seguidores de Cristo llamados por  Dios no en razón de sus obras, sino en virtud del designio divino y gracias divinos, y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes de la divina naturaleza, y, por lo mismo, realmente santos. 

En consecuencia, es necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen en su vida la santificación que recibieron. El Apóstol los amonesta a vivir como conviene a los santos (Eph 5, 3) y que, como elegidos de Dios, santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, beningnidad, humildad, modestia, paciencia (Col 3, 12). y produzcan los frutos del espírtu para la santificación (Gal 5, 22; Rom 6, 22). 

Pero como todos caemos en muchas faltas (cf.Lc 6, 22) continuamente necesitamos la misericordia de Dios y todos los días debemos orar: Perdónanos nuestras deudas (Mt 6, 12).

Es, pués completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad y esta santidad suscita un nivel de vida más humana incluso en la sociedad terrena.

Concilio Vaticano II. Constitución "Lumen Gentium" Cap.V Universal Vocación a la Santidad en la Iglesia. El divino Maestro y Modelo de toda perfección. n°40.

JMP+




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