> CUARESMA - CAMINO DE SANACIÓN <
TIEMPO DE PREPARACIÓN –
DE CONVERSIÓN (RENOVACIÓN).
PERDÓN Y RECONCILIACIÓN.
Con la
Cuaresma comenzamos la preparación de la Pascua de Resurrección. Cuaresma
significa cuarenta y se aplica a los 40 días de preparación a la Pascua.
Tenemos que
recorrer estos cuarenta días siguiendo el camino de Jesús, uniéndonos fuertemente
en su recorrido hacia la Pasión y Resurrección.
En estas
reflexiones no nos vamos a detener a analizar los medios que nos propone la
Iglesia: el ayuno, la oración y la caridad.
Vamos a
profundizar juntos sobre la interpelación que formula Jesús cuando anuncia la
Buena Noticia de Dios: “Ya ha llegado el tiempo. El Reino de Dios está cerca
CONVIERTANSE Y CREAN EN LA BUENA NUEVA –EL EVANGELIO--“ (Mc 1, 14-15) (Mt 4, 17).
Cuando el
sacerdote el miércoles de Ceniza marca con una cruz la frente de los fieles les
hace la siguiente interpelación “Conviértete y cree en el Evangelio”.
Es una invitación esencialmente a la CONVERSIÓN. Por eso la CUARESMA es esencialmente tiempo de PREPARACIÓN – de CONVERSIÓN (RENOVACIÓN).
PERDÓN Y
RECONCILIACIÓN son condiciones necesarias para llegar a vivir una
verdadera Pascua de Resurrección.
Esta
invitación es Jesús mismo quien nos la formula. Recordemos que luego sube a la
montaña para predicar el Sermón de la Montaña que constituye su
autorretrato y nos señala un verdadero plan de vida.
En este
itinerario cuaresmal no podemos olvidarnos de vivirlo con ALEGRÍA Y ESPERANZA.
Sunshine at the Falls - Kris MrBlackSon
Es necesario
“caminar con esperanza”. Recorrer este camino cuaresmal tiene sus exigencias
pero es necesario dijimos transitarlo “con alegría” y tratando que la
“renovación interior” se traduzca en decisiones concretas en mi relación con
Dios y con los hermanos.
Prova-Test - Luca Luppo
Juan Pablo II en su carta apostólica “Al comienzo del nuevo milenio” («Novo millennio ineunte», 1) -con las palabras que Jesús anima a los primeros discípulos a echar las redes para una pesca que sería milagrosa. Dice a Pedro: «Duc in altum – Remar mar adentro» (Lucas 5, 4). «Pedro y los primeros compañeros se fiaron de las palabras de Cristo, y echaron las redes»- nos hacía una invitación que constituye un punto clave.
«Duc
in altum!» La llamada de Cristo
resulta especialmente actual en nuestro tiempo, en el que una difusa manera de
pensar propicia la falta de esfuerzo personal ante las dificultades.
Hoy este
llamado es también para nosotros. En efecto, este desafío, remar mar adentro,
adentrarse a la inmensidad del mar, sin miedos sin temores.
De igual modo
es necesario que también, con esa confianza, penetremos en nuestro mar, en
nuestro mundo interior y en nuestro mundo temporal, en lo ordinario, en lo
cotidiano, sin miedos y echar la redes, la pesca si la hacemos de cara al
Señor, siguiendo al Señor, por Él y en Él, será abundante, será muy rica en
primer lugar porque los frutos de la conversión se reflejarán en una vida de
Gracia consciente, creciente y en segundo lugar porque esa Gracia tiene que ser
difundida, y, por ende, enriquecerá a todos los nos rodean.
Magic Light - Mihai Florea
Más aún,
cuando Jesús les dice a sus discípulos “Mirad que subimos a Jerusalén” los
invita a recorrer junto a Él el camino que partiendo desde Galilea conduce
hasta el lugar donde se consumará su misión redentora. Este camino a Jerusalén,
viene a ser como la culminación de su camino terreno, tiene que ser para
nosotros el modelo de vida comprometernos a seguir al Maestro en el camino de
la Cruz.(Mc 10. 32-34).
My Verse - John Fowler
“Como vemos,
«Y Jesús iba delante de ellos...» (Mc 10,32). También
en este momento Jesús camina delante de nosotros. Él siempre está por delante
de nosotros. Él nos precede y nos abre el camino... Y esta es nuestra confianza
y nuestra alegría: ser discípulos suyos, estar con él, caminar tras él,
seguirlo...
«Jesús
caminaba...». Nos llama la atención esto en los evangelios: Jesús camina mucho
e instruye a los suyos a lo largo del camino. Esto es importante. Jesús no ha
venido a enseñar una filosofía, una ideología..., sino una «vía», una senda
para recorrerla con él, y la senda se aprende haciéndola, caminando. Sí,
queridos hermanos, esta es nuestra alegría: caminar con Jesús.
Y esto no es
fácil, no es cómodo, porque la vía escogida por Jesús es la vía de la cruz.
Mientras van de camino, él habla a sus discípulos de lo que le sucederá en
Jerusalén: anuncia su pasión, muerte y resurrección. Y ellos se quedan
«sorprendidos» y «asustados».
Sorprendidos,
cierto, porque para ellos subir a Jerusalén significaba participar en el
triunfo del Mesías, en su victoria, como se ve luego en la petición de Santiago
y Juan; y asustados por lo que Jesús habría tenido que sufrir, y que también
ellos corrían el riesgo de padecer.
A diferencia
de los discípulos de entonces, nosotros sabemos que Jesús ha vencido, y no
deberíamos tener miedo de la cruz, sino que, más bien, en la Cruz tenemos
nuestra esperanza. No obstante, también nosotros somos humanos, pecadores, y
estamos expuestos a la tentación de pensar según el modo de los hombres y no de
Dios”. (Homilía del Papa Francisco – Consistorio para la Creación Nuevos
Cardenales- 22-feb-2014).
Nosotros
también tenemos que “subir a Jerusalén” más aún en esta Cuaresma que es una
oportunidad propicia para una profunda revisión de vida.
Into the forest / In den Wald - Ody on the Mont
Ahora cómo
vamos a responder a esta llamada a la conversión que nos formula Jesús en
esta Cuaresma? Cómo vamos a realizar un cambio de vida? Una renovación?...
El proceso
de evangelización que se inicia con la respuesta libre y personal que
hacemos al ANUNCIO (kerygma) que cada uno recibe en cualquier momento de su
vida y que continúa con un cambio de vida: la CONVERSIÓN (metanoia) QUE LUEGO
SE VÁ A TRADUCIR EN LA ADHESIÓN VITAL A LOS SIGNOS: SACRAMENTOS . EUCARISTÍA
(koinonia) Acción de Gracias y, finalmente, se concretará en el APOSTOLADO –
ENVÍO, nunca acaba, dura hasta el último momento de nuestra vida terrena.
Por eso la conversión de vida es permanente no acaba nunca mientras peregrinemos a la Casa del Padre.
Por eso la conversión de vida es permanente no acaba nunca mientras peregrinemos a la Casa del Padre.
En este
proceso de Conversión, que significa: cambio de actitud; cambio de
vida, tiene que ser constante, esto es diaria.
Conversión
que va a ser el resultado de una actitud de parte nuestra de permanente
APERTURA. Es decir, es necesario abrir el corazón. Es necesario el encuentro
consigo mismo. Dice San Agustín: “que te conozca a ti y me conozca a mi”. Y
esto lo tenemos que hacer sin miedos, con valentía y sinceridad, ver nuestros
fallos y las gracias recibidas y proponernos rectificar los fallos.
Es necesario
también el PERDÓN y la RECONCILIACIÓN CON Dios Padre a través
de su Hijo Jesucristo y con los hermanos.
Es decir este
proceso se da en tres planos:
*consigo
mismo,
*con Dios,
*con los
hermanos.
En esta
Cuaresma algo tiene que pasar en nuestro interior. No nos puede pasar por
arriba. Algo en nosotros tiene que cambiar. Algo tiene que morir.
Tenemos que
luchar firmemente para que el hombre viejo no vuelva.. Ese hombre viejo al que
nunca acabamos de eliminar de nuestra vida, para que surja el hombre nuevo.
En esto
tenemos que sentir la necesidad de volver de nuevo a la Casa del Padre como el
hijo pródigo pedir perdón ahí se manifestará el amor de Jesús y su
infinita misericordia.
Atardecer Lago Calafquén - Patricio Gimenez Barrios
En esta
necesidad de revisión de vida de encontrarse con uno mismo, es necesario
también ser definitivamente MISERICORDIOSOS CON NOSOTROS MISMOS Y CON
NUESTRAS SOMBRAS, tal vez es la tarea más difícil de nuestra vida.
RECONCILIARSE
CONSIGO MISMO que significa:
*hacer las
paces consigo
*conciliar
definitivamente esa pelea entre nuestros pensamientos y deseos
*pacificar el
alma dividida
*aprender a
besar con misericordia todo lo que hay dentro de uno.
RECONCILIARSE
CONSIGO MISMO, es también:
*reconciliarse
con la propia historia
*decir sí a
nuestra vida tal como se ha dado, saber decir sí:
> a mis
padres
> a mi
educación
> a mi
carácter, tal como me ha sido dado,
> a mi
esposa (por qué ésta y no otra)
> a mi
familia ( “ “
“ “ )
Es necesario
comprender que no podemos vivir interiormente divididos. Descontentos de
nosotros mismos y de todos. No podemos hacer de nuestra vida una continua
PROTESTA. Estar pensando cómo nos gustaría ser.
Por eso
RECONCILIARSE CONSIGO MISMO es también ACABAR con las COMPARACIONES. Y esto
porque mucha gente es incapaz de sentirse a sí mismo tal cual es, solo se
siente cuando se compara con alguien.
RECONCILIARSE
CONSIGO MISMO, es también RECONCILIARSE CON LAS HERIDAS DEL PASADO.
Si existen
estas heridas y las eludimos de nuestra revisión interior que –como
dijimos- tiene que ser valiente-sincera-humilde, estamos condenados a trasladar
las heridas recibidas a los demás, o a herirnos a nosotros mismos una y otra
vez creando un círculo vicioso.
No podemos
reconciliarnos si reprimimos las heridas. Tenemos que hacernos amigos de ellas,
besarlas portarse bien con ellas y entonces vamos a poder convertirlas en
frutos de vida.
Tenemos que
comprender que sin la experiencia TERAPÉUTICA DEL PERDÓN A SÍ MISMO NO HAY VIDA
HUMANA SANA y que RECONCILIARSE CONSIGO MISMO, CON LA PROPIA SOMBRA ES EL
CAMINO DE “SANACIÓN-SALVACIÓN PERSONAL Y CONDICIÓN DE CONVIVENCIA.
(El Perdón y la Reconciliación en la Eucaristía. Luis Rubio Moran, Sac.Op. Évora 1999)
(El Perdón y la Reconciliación en la Eucaristía. Luis Rubio Moran, Sac.Op. Évora 1999)
Don't look back to days of yesteryear, You cannot live in the past, Don´t back - Don't Look Back,
by Jhon Lee Hooker
Lose Hill along the Great Ridge - Chris Eccles
En este
proceso de conversión que, como dijimos, tiene que empezar en nuestro interior,
hay también FACTORES EXTERNOS que los obstaculizan y
oscurecen.
Es la
realidad del hoy y aquí en la que estamos inmersos. Realidad que muchas veces
nos juega en contra. Que a veces afecta nuestra vida espiritual y va como
minando nuestra esperanza.
Cascada -Explore - Susana Maldonado
Recuerdo en
este momento una reflexión que hizo nuestro querido Card. Bergoglio al cierre
del Encuentro de Catequésis (marzo 2001) en ocasión de la fiesta de la
Transfiguración de Jesús.
Como es de
costumbre puso algunos ejemplos en este caso de tres personajes para
caracterizar tres opciones: Abraham, Pablo y Jesús.
“Refiriéndose
a Abraham, decía que este hombre creyó en el Señor y el Señor lo
gratificó. Es nuestro Padre en la fe y nos enseñó como creer. Rescatemos en
esta Cuaresma la figura de este hombre y su ofrenda. La puso sobre el altar de
sacrificio a la espera que Dios la aceptara, pero pasaba el tiempo y no pasaba
nada y cuando los BUITRES se tiraron para robarle las prendas estremece
verlo a este hombre de 100 años espantando los buitres a palazos limpios”.
“No importa
la edad, nuestra filiación la defendemos como Abraham a palazos limpios si hay
buitres que obstaculizan nuestra filiación cristiana”.
“Lo dice San
Pablo, lo repite casi llorando “hay muchos que se portan como enemigos de
la cruz de Cristo, su Dios es ESTAR BIEN, su gloria está en aquello que los
cubre de vergüenza y no aprecian sino las cosas de la tierra, son los que viven
para pasarla bien”.
“No nos
dejemos tentar por el desaliento, ni menos por seguir la corriente. En las
cosas de Dios muchas veces tenemos que remar contra corriente. Y son a veces
esas propuestas las que nos formula la realidad en que estamos inmersos contra
las que tenemos que luchar”.
“La primera
propuesta es: “mirá, acá no pasa nada, deja de defender y luchar por esto y
viví como cualquiera. Es imposible ir contra la corrupción, (ir contra las
trenzas, las roscas y las mafias, los negociados). Esto es un poco cambalache
da lo mismo ser”….
“La segunda
es: aprovecha las cosas de la tierra, olvídate de la Cruz de Cristo, es
TU gloria, pasala bien, hace la tuya. Es privilegiar el tener al ser. Vos
valés según cuanto tenés, no importa cómo; son los que buscan como acomodarse;
y así el servicio pasa a ser egoísta; aprovecha ahora que estás bien ubicado,
continúa diciendo Bergoglio.
“Es la
civilización de la COIMA”. La CORRUPCIÓN o como lo
señala actualmente -como Papa Francisco- “la cultura del descarte”.(Recordemos
que esto lo reiteraba continuamente cuando era Card.Arz. de Bs.As.).
“Pero
cuidado, también a veces está la coima a tu fe y esto por ejemplo se da cuando
no tenemos ganas de rezar y alabar a Dios sino de pasarla bien. Agrego: cuando
rehusamos sacrificarnos por los míos; en realidad todos de alguna manera somos
víctimas de esta coima. En nuestro camino de conversión tenemos que enfrentar
todo esto con valentía.”
“La tercer
persona es Jesús: con quien tenemos que identificarnos y
seguirlo. Él es quien nos llama a defender nuestra fe a no comportarnos como
enemigos de Cristo.
Alpes Martimes Hiver - Giles Couturier
Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los medios humanos adecuados.
En su Mensaje
para la Cuaresma 2014 Francisco nos propone algunas reflexiones, a fin de
que nos sirvan para el camino personal y comunitario de conversión.
Comienza
recordando las palabras de san Pablo: «Pues conocéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros
con su pobreza» (2 Cor 8, 9).
El Apóstol se
dirige a los cristianos de Corinto para alentarlos a ser generosos y ayudar a
los fieles de Jerusalén que pasan necesidad. ¿Qué nos dicen, a los cristianos
de hoy, estas palabras de san Pablo? ¿Qué nos dice hoy, a nosotros, la
invitación a la pobreza, a una vida pobre en sentido evangélico?
Ante todo,
nos dicen cuál es el estilo de Dios. Dios no se revela mediante el poder y la
riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: «Siendo rico, se
hizo pobre por vosotros…»…. La finalidad de Jesús al hacerse pobre no
es la pobreza en sí misma, sino —dice san Pablo— «…para enriqueceros con su
pobreza».
¿Qué es,
pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es precisamente
su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen samaritano que se
acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del
camino (cfr. Lc 10, 25ss).
Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los medios humanos adecuados.
No es así. En
toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el
mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los
Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres.
La riqueza de
Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a
través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de
Cristo”.( Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2014. 26
de diciembre de 2013).
The Mount Everest - Miloniro
Ahora bien,
en este proceso de CONVERSIÓN que es iniciativa de Dios, que comienza con
el encuentro con uno mismo, sigue con el encuentro con Dios y con los hermanos,
es necesaria -como decíamos más arriba- la experiencia del PERDÓN Y DE LA RECONCILIACIÓN.
Si bien
PERDÓN y RECONCILIACIÓN SE CONFUNDEN E IDENTIFICAN, EXPRESAN REALIDADES
DISTINTAS. Son procesos distintos.
Perdón y
reconciliación expresan el aspecto CENTRAL Y ESENCIAL del Mensaje de
Cristo, su acción. Su muerte y resurrección.
En ambos
estamos frente a la relación de Dios con los hombres y de los hombres con Dios.
La diferencia
está dada porque en el PERDÓN se trata de SUPRIMIR de esta relación el
OBSTÁCULO que la destruye: el pecado - la ofensa - la transgresión - la culpa -
el muro.
En cambio, la
RECONCILIACIÓN se centra en la REANUDACIÓN de la relación, en la
READMISIÓN DEL PECADOR EN UNA NUEVA RELACIÓN.
TRAPPIST|1 f1-Versión Artística Exoplaneta f1- Similar tamaño tierra -
Tanto el Perdón como la Reconciliación la experimentamos por iniciativa de Dios, por su acción previa incondicional.
Crédito NASA. JPLCaltech
Tanto el Perdón como la Reconciliación la experimentamos por iniciativa de Dios, por su acción previa incondicional.
Por eso nos
hacemos capaces de remover esos obstáculos, esos muros que nos impiden la relación
con los demás., incluso con los enemigos, y aún nos hace capaces de REANUDAR
una nueva relación con ellos.
Por eso la
Reconciliación es siempre GRACIA = don de Dios.
Pero si bien
es iniciativa de Dios requiere la buena voluntad de aquel que decide abrir de
nuevo su corazón al ofensor
Aurora boreal
Es aquello
que decía San Agustín: ”Dios que te pudo crear sin ti, no puede salvarte
sin ti”. Por eso la nueva situación creada por la Reconciliación es definida
como PAZ.
En la
CONVERSIÓN entonces PERDÓN – RECONCILIACIÓN - PAZ - son como
etapas de TODO EL PROCESO que se hace y manifiesta y desemboca en la COMUNIÓN
EUCARÍSTICA.
PERDONAR solo
es posible a quien es capaz de mirar en su pasado con sinceridad y autenticidad
y encontrar momentos repetidos en que ha experimentado el perdón.
El que nunca
ha conocido el perdón difícilmente pueda perdonar.
Ser perdonado
produce un sentimiento indescriptible. Un sentimiento como ningún otro,
que no se da ni el amor-pasión, ni en las felicitaciones por un triunfo. Esta
impresión es única.
Es indudable
que un amor así no se compra y no se merece, SOLO DIOS ES CAPAZ DE AMAR ASÍ, de
PERDONAR ASI: LA MISERICORDIA ES UN PRIVILEGIO.
Hijo pródigo - The prodigal son return father's home - Rembrandt
Nosotros
únicamente podemos tratar de imitarle pero solo en la medida que nos revistamos
de su misericordia “Sed misericordiosos como nuestro Padre es misericordioso”
(Lc 6, 30).
Tempesta sonata
Vemos
entonces que PERDONAR es fruto de un largo proceso de maduración que necesita
de nosotros muchos esfuerzos sobre todo cuando se trata de heridas profundas.
Ahora, hay un
punto a partir del cual nos damos cuenta que no podemos avanzar por nuestros
medios. Qué podemos hacer? tenemos el recurso de la ORACIÓN.
Oración Ivone Kluin
Rezar no solo
porque la oración por el ofensor-culpable es beneficioso para él y es lo que
Jesús hizo incluso por sus verdugos, sino porque nos hace mejores a nosotros
mismos. La oración es la herramienta que nos ayuda a instalarnos en la
misericordia de Dios. Dice San Agustín: Recemos como si todo dependiera de Dios, trabajemos como si todo dependiera de nosotros".
Cuando pidan algo en la oración crean que ya lo tienen y lo conseguirán.
Cuando pidan algo en la oración crean que ya lo tienen y lo conseguirán.
El otro medio
que Dios nos ha puesto a nuestro alcance es la CONFESIÓN.
No nos
olvidemos de la parábola del hijo pródigo, de la figura del padre que espera y
perdona. El Señor es el gran perdonador, jamás se cansa de perdonar.
Kjetil Palmquist-Southern Jeloy in Norway
Toda, absolutamente toda la peregrinación del corazón que constituye el proceso del perdón se encuentra perpetuamente reflejado en la Confesión y encuentra en ella su razón de ser y conclusión. Todo lo que hemos dicho hasta aquí se encuentra resumido en la Confesión.
Toda, absolutamente toda la peregrinación del corazón que constituye el proceso del perdón se encuentra perpetuamente reflejado en la Confesión y encuentra en ella su razón de ser y conclusión. Todo lo que hemos dicho hasta aquí se encuentra resumido en la Confesión.
“El
Sacramento de la Reconciliación y el de la Unción de los enfermos, que pueden
estar unidos bajo el nombre de “Sacramentos de sanación”.
El sacramento
de la reconciliación es un sacramento de sanación. Cuando yo voy a confesarme, es para sanarme: sanarme el alma,
sanarme el corazón por algo que hice no está bien.
El ícono
bíblico que los representa mejor, en su profundo vínculo, es el episodio del
perdón y de la curación del paralítico, donde el Señor Jesús se revela al mismo
tiempo médico de las almas y de los cuerpos (Mc 2,1-12 / Mt 9,1-8; Lc
5,17-26).
1- El Sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación – nosotros lo llamamos también de la Confesión - brota directamente del misterio pascual. En efecto, la misma tarde de Pascua el Señor se apareció a los discípulos, encerrados en el cenáculo, y luego de haberles dirigido el saludo “¡Paz a ustedes!”, sopló sobre ellos y les dijo: “Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen” (Jn. 20,21-23).
Este pasaje
nos revela la dinámica más profunda que está contenida en este Sacramento.
Sobre todo, el hecho que el perdón de nuestros pecados no es algo que podemos
darnos nosotros mismos: yo no puedo decir: “Yo me perdono los pecados”; el
perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos perdón a Jesús.
El perdón no
es fruto de nuestros esfuerzos, sino es un regalo, es don del Espíritu Santo,
que nos colma de la abundancia de la misericordia y la gracia que brota
incesantemente del corazón abierto del Cristo crucificado y resucitado.
En segundo lugar, nos recuerda que sólo si nos dejamos reconciliar en el Señor Jesús con el Padre y con los hermanos podemos estar verdaderamente en paz. Y ésto lo hemos sentido todos, en el corazón, cuando vamos a confesarnos, con un peso en el alma, un poco de tristeza. Y cuando sentimos el perdón de Jesús, ¡estamos en paz! Con aquella paz del alma tan bella, que sólo Jesús puede dar, ¡sólo Él!
2- En el
tiempo, la celebración de este Sacramento ha pasado de una forma pública
–porque al inicio se hacía públicamente– ha pasado de esta forma pública a
aquella personal, a aquella forma reservada de la Confesión.
Pero esto no
debe hacer perder la matriz eclesial, que constituye el contexto vital. En
efecto, es la comunidad cristiana el lugar en el cual se hace presente el
Espíritu, el cual renueva los corazones en el amor de Dios y hace de todos los
hermanos una sola cosa, en Cristo Jesús.
He aquí por
qué no basta pedir perdón al Señor en la propia mente y en el propio corazón,
sino que es necesario confesar humildemente y confiadamente los propios pecados
al ministro de la Iglesia.
En la
celebración de este Sacramento, el sacerdote no representa solamente a Dios,
sino a toda la comunidad, que se reconoce en la fragilidad de cada uno de sus
miembros, que escucha conmovida su arrepentimiento, que se reconcilia con Él,
que lo alienta y lo acompaña en el camino de conversión y de maduración humana
y cristiana. Alguno puede decir: “Yo me confieso solamente con Dios”. Sí, tú
puedes decir a Dios: “Perdóname”, y decirle tus pecados. Pero nuestros pecados
son también contra nuestros hermanos, contra la Iglesia y por ello es necesario
pedir perdón a la Iglesia y a los hermanos, en la persona del sacerdote.
“Pero, padre,
¡me da vergüenza!”. También la vergüenza es buena, es ‘salud’ tener un poco de
vergüenza. Porque cuando una persona no tiene vergüenza, en mi País decimos que
es un ‘senza vergogna’ un ‘sinvergüenza’.
La vergüenza
también nos hace bien, nos hace más humildes. Y el sacerdote recibe con amor y
con ternura esta confesión, y en nombre de Dios, perdona.
También desde
el punto de vista humano, para desahogarse, es bueno hablar con el hermano y
decirle al sacerdote estas cosas, que pesan tanto en mi corazón: uno siente que
se desahoga ante Dios, con la Iglesia y con el hermano.
Por eso, no
tengan miedo de la Confesión. Uno, cuando está en la fila para confesarse
siente todas estas cosas – también la vergüenza – pero luego, cuando termina la
confesión sale libre, grande, bello, perdonado, blanco, feliz. Y esto es lo
hermoso de la Confesión.
Quisiera preguntarles, pero no respondan en voz alta ¿eh?, cada uno se responda
en su corazón: ¿cuándo ha sido la última vez que te has confesado? Cada uno
piense. ¿Dos días, dos semanas, dos años, veinte años, cuarenta años?
Cada uno haga
la cuenta, y cada uno se diga a sí mismo: ¿cuándo ha sido la última vez que yo
me he confesado? Y si ha pasado mucho tiempo, ¡no pierdas ni un día más! Ve
hacia delante, que el sacerdote será bueno.
Está Jesús,
allí, ¿eh? Y Jesús es más bueno que los curas, y Jesús te recibe. Te recibe con
tanto amor. Sé valiente, y adelante con la Confesión.
Queridos amigos, celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre.
Queridos amigos, celebrar el Sacramento de la Reconciliación significa estar envueltos en un abrazo afectuoso: es el abrazo de la infinita misericordia del Padre.
Audiencia General 25-3-2015
Recordemos
aquella bella, bella Parábola del hijo que se fue de casa con el dinero de su
herencia, despilfarró todo el dinero y luego, cuando ya no tenía nada, decidió
regresar a casa, pero no como hijo, sino como siervo.
Hijo pródigo regresa a la casa del padre
Tanta culpa
había en su corazón, y tanta vergüenza. Y la sorpresa fue que cuando comenzó a
hablar y a pedir perdón, el Padre no lo dejó hablar: ¡lo abrazó, lo besó e hizo
una fiesta! Y yo les digo, ¿eh? ¡Cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza,
Dios hace fiesta! Vayamos adelante por este camino.(Audiencia General 19 de
febrero 2014).
Por último,
en esta Cuaresma tenemos que esforzarnos en la realización de GESTOS
CONCRETOS sin ir a aquello que deslumbre, gestos sencillos en lo
cotidiano, en mi trabajo, mi familia, mis amigos, en mi circunstancia de vida,
visitar al enfermo, contener al familiar anciano.
Tenemos que
tratar de llenar la vida de confesiones verdaderas, de penitencias reales, de
abrazos sinceros acompañados de verdaderos sentimientos de dar la paz, de
encuentros con los que estamos enemistados, de reconciliación efectiva.
Francisco
concluye su Mensaje para la Cuaresma con este llamado: “Queridos hermanos y
hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia
dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria
material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en
el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a
cada persona.
Podremos
hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos
enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y
nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y
enriquecer a otros con nuestra pobreza.
No olvidemos
que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión
penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele”. (Mensaje de Papa
Francisco para la Cuaresma 2014)
Finalmente,
invoquemos a María, Madre de la Misericordia, que nos ilumine y ayude en este
camino cuaresmal, pidamos su santa bendición para vivir una verdadera Pascua de
Resurrección.
¡ES
CUARESMA!
¿QUIERES PONER EN HORA
TU VIDA?
¿QUIERES PONER EN HORA
TU VIDA?
1. Si
tienes un minuto para CONVERTIRTE, celebrarás la PASCUA con
intensidad, verdad y profundidad.
intensidad, verdad y profundidad.
2. Si reservas una hora para CONFESARTE dejarás atrás todo lo que te
pesa para subir hasta la cruz.
3. Si no
adelantas el reloj de tu vida, y te dejas guiar por Dios, comprobarás
que a cada día le basta su afán.
que a cada día le basta su afán.
4. Si dejas
de mirar la hora y, lees un poco más el Evangelio, notarás que todo el tiempo
del mundo no vale lo de un minuto en la presencia del Señor.
5. Si
llegas puntual a todos los sitios pero, tarde o nunca, a la cita con Dios;
¿el día de mañana podrás esquivar el gran encuentro con el Señor?
¿el día de mañana podrás esquivar el gran encuentro con el Señor?
6. Si
llenas tu agenda de compromisos y de fiestas, de comidas y de aspectos
secundarios. ¿Cuándo le dejarás a Dios que ponga en hora tu corazón?
secundarios. ¿Cuándo le dejarás a Dios que ponga en hora tu corazón?
7. Si, una
hora para Dios te parece una eternidad y, en cambio, 24 te parecen pocas para
el triunfo o la distracción. ¿No crees que ya es el momento de que pienses qué
es o qué puede ser tu vida interior?
8. Si, el
reloj de tu fe, quedó desfasado en la
mesilla de tu olvido. ¿Por qué no
intentas darle cuerda
o ponerle pilas
con la eucaristía
de cada domingo?
9. Si, el
reloj de tu esperanza, quedó agarrotado por la presión de tu entorno; ¿por
qué no incentivas
en tu vida
el silencio o
la oración personal?
10. Si, el
segundero de tu reloj cristiano, va despacio para con las cosas de Dios y muy
deprisa para con las del mundo; ¿por qué no intentas acompasarlo con tu
colaboración en algún grupo eclesial o parroquial?
11. En
cuaresma, porque es tiempo de gracia, hay que aprender a mirar el reloj
de otra manera:
dando más importancia
a lo que,
como cristianos, llegamos retrasados,
y demorando aquello
que nos puede producir dejadez, pereza o
distanciamiento de Dios
¡Pon en
hora pascual tu reloj cristiano!
¡La
cuaresma te ayudará a conseguirlo!
Javier Leoz, Cuaresma
Javier Leoz, Cuaresma
JMP+
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