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jueves, 27 de marzo de 2014

FRANCISCO: "FIELES, AYUDAD A VUESTROS PASTORES A NO SER MEDIOCRES".AUDIENCIA GENERAL 26 DE MARZO 2014


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AUDIENCIA GENERAL 26 DE MARZO 2014.


Pope Francis' General Audience

FRANCISCO: FIELES, AYUDAD A VUESTROS PASTORES A NO SER MEDIOCRES
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“Los ordenados son puestos a la cabeza de la comunidad como servidores, como lo hizo y lo enseñó Jesús”: el Papa en la catequesis

2014-03-26 Radio Vaticana

(RV).- (Con audio) El sacramento del Orden fue el tema de la catequesis del Papa Francisco este miércoles. Ante una Plaza de San Pedro repleta de fieles y peregrinos, el Obispo de Roma recordó que aquellos que son ordenados son puestos a la cabeza de la comunidad como servidores, como lo hizo y lo enseñó Jesús. 

“Hemos tenido ya oportunidad de remarcar que los tres Sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y de la Eucaristía constituyen juntos el misterio de la ‘iniciación cristiana’, un único grande evento de gracia que nos regenera en Cristo y nos abre a su salvación. 

Es esta la vocación fundamental que acomuna a todos en la Iglesia, como discípulos del Señor Jesús. Hay después dos Sacramentos que corresponden a dos vocaciones específicas: se trata del Orden y del Matrimonio. 

Ellos constituyen dos grandes caminos a través de los cuales el cristiano puede hacer de la propia vida un don de amor, sobre el ejemplo y en el nombre de Cristo, y así cooperar a la edificación de la Iglesia.” 

Refiriéndose al sacramento del Orden, el Santo Padre precisó que ayuda a los ministros ordenados a amar apasionadamente a la Iglesia, dedicando todo su ser y su amor a la comunidad, que no han de considerarla de su propiedad, sino del Señor. 

Cuando no se alimenta el ministerio ordenado con la oración, la escucha de la Palabra, la celebración cotidiana de la Eucaristía y la recepción frecuente del sacramento de la Penitencia se termina perdiendo el sentido auténtico del propio servicio y la alegría que deriva de una profunda comunión con el Señor. 

Terminando su catequesis el Papa pidió a todos rezar por los ministros ordenados de su Iglesia, “en particular por aquellos que se encuentran en dificultad o que necesitan recuperar el valor y la frescura de su vocación.” 
(RC-RV)

Resumen de su catequesis y saludo del Papa en nuestro idioma (Audio) http://es.radiovaticana.va/global_images/mp3_icon.gif

Queridos hermanos y hermanas:

La catequesis de hoy está centrada en el sacramento del Orden, que comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado. 

El que recibe este sacramento ejerce la misión confiada por Jesús a sus Apóstoles y prolonga en el tiempo su presencia y su acción como único y verdadero Maestro y Pastor. ¿Qué significa esto concretamente en las vidas de aquellos que son ordenados? Quienes son ordenados son puestos a la cabeza de la comunidad como servidores, como lo hizo y lo enseñó Jesús. 

El sacramento les ayuda también a amar apasionadamente a la Iglesia, dedicando todo su ser y su amor a la comunidad, que no han de considerarla de su propiedad, sino del Señor. 

Por último, han de procurar reavivar el don recibido en el sacramento, concedido por la Oración y la imposición de manos. 

Cuando no se alimenta el ministerio ordenado con la oración, la escucha de la Palabra, la celebración cotidiana de la Eucaristía y la recepción frecuente del sacramento de la Penitencia se termina perdiendo el sentido auténtico del propio servicio y la alegría que deriva de una profunda comunión con el Señor. 

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. 

Invito a todos a rezar al Señor por los ministros ordenados de su Iglesia, en particular por aquellos que se encuentran en dificultad o que necesitan recuperar el valor y la frescura de su vocación. 

Pidamos también para que no falten nunca en nuestras comunidades pastores auténticos, según el Corazón de Cristo. 

Muchas gracias.


Texto completo

Queridos hermanos y hermanas:

Hemos tenido ya ocasión de destacar que los tres sacramentos: Bautismo, Confirmación y Eucaristía constituyen juntos el misterio de la «iniciación cristiana», un único y gran acontecimiento de gracia que nos regenera en Cristo. Es esta la vocación fundamental que une a todos en la Iglesia, como discípulos del Señor Jesús. 

Hay luego dos sacramentos que corresponden a dos vocaciones específicas: se trata del Orden y del Matrimonio. Ellos constituyen dos grandes caminos a través de los cuales el cristiano puede hacer de la propia vida un don de amor, siguiendo el ejemplo y en el nombre de Cristo, y así cooperar en la edificación de la Iglesia.

El Orden, constituido por los tres grados de episcopado, presbiterado y diaconado, es el sacramento que habilita para el ejercicio del ministerio, confiado por el Señor Jesús a los Apóstoles, de apacentar su rebaño, con el poder de su Espíritu y según su corazón. 

Apacentar el rebaño de Jesús no con el poder de la fuerza humana o con el propio poder, sino con el poder del Espíritu y según su corazón, el corazón de Jesús que es un corazón de amor. 

El sacerdote, el obispo, el diácono debe apacentar el rebaño del Señor con amor. Si no lo hace con amor no sirve. Y en ese sentido, los ministros que son elegidos y consagrados para este servicio prolongan en el tiempo la presencia de Jesús, si lo hacen con el poder del Espíritu Santo en nombre de Dios y con amor.

Un primer aspecto. Aquellos que son ordenados son puestos al frente de la comunidad. Están «al frente» sí, pero para Jesús significa poner la propia autoridad al servicio, como Él mismo demostró y enseñó a los discípulos con estas palabras: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros; el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 25-28 / Mc 10, 42-45). Un obispo que no está al servicio de la comunidad no hace bien; un sacerdote, un presbítero que no está al servicio de su comunidad no hace bien, se equivoca.

Otra característica que deriva siempre de esta unión sacramental con Cristo es el amor apasionado por la Iglesia. Pensemos en ese pasaje de la Carta a los Efesios donde san Pablo dice que Cristo «amó a su Iglesia: Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para presentársela gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada» (5, 25-27). En virtud del Orden el ministro se entrega por entero a la propia comunidad y la ama con todo el corazón: es su familia. El obispo, el sacerdote aman a la Iglesia en la propia comunidad, la aman fuertemente. ¿Cómo? Como Cristo ama a la Iglesia. Lo mismo dirá san Pablo del matrimonio: el esposo ama a su esposa como Cristo ama a la Iglesia. Es un misterio grande de amor: el ministerio sacerdotal y el del matrimonio, dos sacramentos que son el camino por el cual las personas van habitualmente al Señor.

Un último aspecto. El apóstol Pablo recomienda al discípulo Timoteo que no descuide, es más, que reavive siempre el don que está en él. El don que le fue dado por la imposición de las manos (cf. 1 Tm 4, 14; 2 Tm 1, 6). Cuando no se alimenta el ministerio, el ministerio del obispo, el ministerio del sacerdote, con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios y con la celebración cotidiana de la Eucaristía, y también con una frecuentación al Sacramento de la Penitencia, se termina inevitablemente por perder de vista el sentido auténtico del propio servicio y la alegría que deriva de una profunda comunión con Jesús.

El obispo que no reza, el obispo que no escucha la Palabra de Dios, que no celebra todos los días, que no se confiesa regularmente, y el sacerdote mismo que no hace estas cosas, a la larga pierde la unión con Jesús y se convierte en una mediocridad que no hace bien a la Iglesia. Por ello debemos ayudar a los obispos y a los sacerdotes a rezar, a escuchar la Palabra de Dios, que es el alimento cotidiano, a celebrar cada día la Eucaristía y a confesarse habitualmente. Esto es muy importante porque concierne precisamente a la santificación de los obispos y los sacerdotes.

Quisiera terminar con algo que me viene a la mente: pero, ¿cómo se debe hacer para llegar a ser sacerdote? ¿Dónde se venden las entradas al sacerdocio? No. No se venden. Es una iniciativa que toma el Señor. El Señor llama. Llama a cada uno de los que Él quiere que lleguen a ser sacerdotes. Tal vez aquí hay algunos jóvenes que han sentido en su corazón esta llamada, el deseo de llegar a ser sacerdotes, las ganas de servir a los demás en las cosas que vienen de Dios, las ganas de estar toda la vida al servicio para catequizar, bautizar, perdonar, celebrar la Eucaristía, atender a los enfermos... y toda la vida así. Si alguno de vosotros ha sentido esto en el corazón es Jesús quien lo ha puesto allí. Cuidad esta invitación y rezad para que crezca y dé fruto en toda la Iglesia.


Saludos

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a rezar al Señor por los ministros ordenados de su Iglesia, en particular por aquellos que se encuentran en dificultad o que necesitan recuperar el valor y la frescura de su vocación. Pidamos también para que nunca falten en nuestras comunidades pastores auténticos, según el Corazón de Cristo.
Muchas gracias.









Francisco aprovecha las audiencias generales de los miércoles para acercarse, de manera literal, a los miles de fieles que abarrotan la plaza de San Pedro en el Vaticano. Durante su paseo entre las multitudes con el siempre descubierto papamóvil, el pontífice saluda y ofrece su mano a la gente, especialmente a niños, enfermos y personas con discapacidad. La gente le acerca mates, gorros,  fotos, banderas. (AFP)


Francisco aprovecha las audiencias generales de los miércoles para acercarse, de manera literal, a los miles de fieles que abarrotan la plaza de San Pedro en el Vaticano. Durante su paseo entre las multitudes con el siempre descubierto papamóvil, el pontífice saluda y ofrece su mano a la gente, especialmente a niños, enfermos y personas con discapacidad. La gente le acerca mates, gorros, fotos, banderas. (AFP)


Francisco aprovecha las audiencias generales de los miércoles para acercarse, de manera literal, a los miles de fieles que abarrotan la plaza de San Pedro en el Vaticano. Durante su paseo entre las multitudes con el siempre descubierto papamóvil, el pontífice saluda y ofrece su mano a la gente, especialmente a niños, enfermos y personas con discapacidad. La gente le acerca mates, gorros, fotos, banderas. (AFP)


Francisco aprovecha las audiencias generales de los miércoles para acercarse, de manera literal, a los miles de fieles que abarrotan la plaza de San Pedro en el Vaticano. Durante su paseo entre las multitudes con el siempre descubierto papamóvil, el pontífice saluda y ofrece su mano a la gente, especialmente a niños, enfermos y personas con discapacidad. La gente le acerca mates, gorros, fotos, banderas. (AFP)


Francisco aprovecha las audiencias generales de los miércoles para acercarse, de manera literal, a los miles de fieles que abarrotan la plaza de San Pedro en el Vaticano. Durante su paseo entre las multitudes con el siempre descubierto papamóvil, el pontífice saluda y ofrece su mano a la gente, especialmente a niños, enfermos y personas con discapacidad. La gente le acerca mates, gorros, fotos, banderas. En este caso, la camiseta de la Selección Nacional Argentina. (AFP)
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El papa Francisco dedicó hoy varios minutos, en la audiencia general de la plaza San Pedro, a un grupo de ex combatientes. (AP)



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Pope Francis' General Audience

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Pope Francis' General Audience

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Pope Francis' General Audience

El papa Francisco dedicó hoy varios minutos, en la audiencia general de la plaza San Pedro, a un grupo de ex combatientes. (AFP)
más foto aquí

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