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AUDIENCIA GENERAL 28 DE ENERO 2015.
LA RESPONSABILIDAD DEL PADRE Y EL
SENTIMIENTO DE ORFANDAD DE LOS HIJOS
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Ciudad del Vaticano, 28 de enero 2015 (VIS).-El Papa Francisco -retomando
el tema de la familia- dedicó la catequesis de la audiencia general de los
miércoles a la figura del padre. ''Una palabra más que ninguna otra
significativa para nosotros, los cristianos, porque es el nombre con el cual
Jesús nos enseñó a llamar a Dios'', dijo el Santo Padre a los miles de fieles
reunidos en el Aula Pablo VI.
''Padre es una palabra universal, conocida por todos. Indica una relación
fundamental cuya realidad es tan antigua como la historia del hombre
-prosiguió- Sin embargo, en nuestros días, se ha llegado a hablar de una
sociedad sin padres. En otros términos, en particular en la cultura occidental,
la figura del padre, simbólicamente, estaría ausente, como desvanecida''.
''En un primer momento este dato se percibió como una liberación -explicó
Francisco- , liberación del padre-patrón, del padre como representante de la
ley que se impone desde fuera, del padre como censor de la felicidad de los
hijos y como obstáculo a la emancipación y autonomía de los jóvenes.
En efecto
en el pasado en algunas casas reinaba el autoritarismo, en algunos
casos incluso la vejación: padres que trataban a sus hijos como si fueran sus
siervos, sin respetar las exigencias personales de su crecimiento; padres que
no les ayudaban a emprender su camino con libertad, a asumir sus
responsabilidades para construir su futuro y el de la sociedad''.
''Y como sucede a menudo, hemos pasado de un extremo a otro. El problema
de nuestros días -observó el Papa- ya no es tanto la presencia invasora de los
padres, sino su ausencia...Los padres están tan concentrados a veces sobre sí
mismos, sobre su trabajo y su realización individual que se olvidan hasta de la
familia. Y dejan solos a los niños y a los jóvenes....Ahora, en este camino
común de reflexión sobre la familia quisiera decir a todas las comunidades
cristianas que tenemos que estar más atentos: la ausencia de la figura paterna
en la vida de los pequeños y los jóvenes causa lagunas y heridas que pueden
llegar a ser muy graves. Y, efectivamente, las desviaciones de los niños y los
adolescentes pueden, en buena parte, reconducirse a esta ausencia, a la
carencia de ejemplos y guias en la vida de todos los días, a la falta de
cercanía, a la falta de amor de sus padres''.
''El sentimiento de orfandad que viven hoy muchos jóvenes es más profundo
de lo que pensamos. Se sienten huérfanos en la familia porque a menudo los
papás están ausentes, incluso físicamente, de casa, pero sobre todo porque
cuando están en ella no se portan como padres, no hablan con sus hijos... no
les dan con su ejemplo acompañado por sus palabras, esos principios, esos
valores, esas normas de vida que necesitan tanto como el pan... Algunas veces
parece que los padres no sepan muy bien cual es su sitio en la familia y cómo
educar a sus hijos. Y, entonces, ante la duda, se abstienen, se retiran y
descuidan su responsabilidad, refugiándose a veces en una improbable relación
''de igual a igual'' con sus hijos''.
Pero también la comunidad civil, con sus instituciones ''tiene una cierta
responsabilidad -podríamos decir paterna- con los jóvenes, una responsabilidad
que a veces descuida o ejerce mal, dejándolos también huérfanos sin proponerles
una perspectiva verdadera. Así, los jóvenes se convierten en huérfanos de
caminos seguros que recorrer, huérfanos de maestros de los que fiarse,
húerfanos de ideales que calienten el corazón, de valores y de esperanzas que
los sostengan. Los llenan, en cambio, de ídolos pero les roban el corazón; les
empujan a soñar con diversiones y placeres, pero no les dan trabajo; se les
ilude con el dios-dinero, negándoles la riqueza verdadera''.
''Por eso, nos hará bien a todos, padres e hijos, volver a escuchar la
promesa que Jesús hizo a sus discípulos: ''No os dejaré huérfanos''. El es,
efectivamente, el Camino que recorrer, el Maestro que escuchar, la Esperanza de
que el mundo puede cambiar, de que el amor vence al odio, de que puede haber un
futuro de fraternidad y esperanza para todos'', concluyó Francisco advirtiendo
que si esta vez había abordado sólo los aspectos más criticables de la figura
del padre en la próxima catequesis hablaría de la belleza de la paternidad.
''Por eso -dijo- he elegido empezar por la oscuridad para llegar a la luz.¡Que
el Señor nos ayude a entender bien estas cosas¡''.
JMP+
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