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“MISIONERO DE LA MISERICORDIA”



FRANCISCO VIAJA A CUBA Y
ESTADOS UNIDOS
10° VIAJE INTERNACIONAL –
19 a 27 SEPTIEMBRE 2015
“Misionero de la misericordia”. Inició el
10° Viaje Apostólico del Papa Francisco
2015-09-19 Radio Vaticana
(RV).- “Voy a visitarlos para compartir la fe y la
esperanza”. Inició este sábado 19 de septiembre el 10° Viaje
Internacional del Papa Francisco, el más largo de su Pontificado,
transcurrirá diez días entre Cuba y Estados Unidos.
Alrededor de las diez de la mañana
partió desde el aeropuerto romano de Fiumicino, el avión que lleva al Santo
Padre hasta la capital cubana, donde llegará después de 11 horas de vuelo,
habiendo recorrido más de 8.000 kilómetros.
Misionero de la misericordia – Cuba
La primera etapa de su viaje es La
Habana, donde será recibido por el Presidente cubano, Raúl Castro en el
Aeropuerto Internacional “José Martí” en una ceremonia de bienvenida, aquí el
Pontífice pronunciará su primer discurso. Su visita a la Isla Caribeña está
fijada hasta el martes 22 de septiembre, día en que partirá para los Estados
Unidos, después de haber visitado las ciudades de Holguín y Santiago de Cuba y
el Santuario Nacional de la “Virgen de la caridad del cobre”.
El amor es nuestra misión – EE.UU.
La siguiente etapa será los Estados
Unidos de América, donde permanecerá hasta el domingo 27 de septiembre; durante
estos días, el Obispo de Roma visitará las ciudades de Washington, New York y
Filadelfia. Entre los eventos más significativos destacan su visita al Congreso
de los Estados Unidos en Washington y la Sede de las Naciones Unidas en New
York, asimismo, su participación en el VIII Encuentro Mundial de las Familias
en Filadelfia.
En las manos de la Madre
Como es habitual, la tarde de este
viernes 18 de septiembre, el Papa Francisco antes de iniciar su décimo Viaje
Apostólico Internacional que lo llevará a Cuba y a los Estados Unidos, fue a
rezar de forma privada a Basílica de Santa María la Mayor.
(RM - RV)
“VOY A VISITARLOS COMO MISIONERO DE LA MISERICORDIA Y DE LA TERNURA DE DIOS”, VIDEO MENSAJE DEL PAPA A CUBA
2015-09-18 Radio Vaticana
(RV).- “Voy a
visitarlos para compartir la fe y la esperanza, para que nos fortalezcamos
mutuamente en el seguimiento de Jesús”, es el aliento del Papa Francisco al
pueblo cubano en un video mensaje a pocas horas de iniciar su Visita Apostólica
a la Isla Caribeña.
El video fue publicado en el sitio web
de la Conferencia Episcopal Cubana www.iglesiacubana.net. Todos los medio
oficiales del Estado cubano han dado amplia cobertura a las palabras del Santo
Padre que expresó su deseo de visitar este país para “compartir la fe y la
esperanza”, en el seguimiento de Jesús.
Asimismo, el Pontífice alentó a todos
los fieles en Cuba a seguir manteniendo “su fidelidad al Señor, en el ánimo con
que afrontan las dificultades de cada día, en el amor con que se ayudan y sostienen
en el camino de la vida”.
Por ello dijo el Papa, “quisiera trasmitirles un
mensaje muy sencillo, pero pienso que es importante y necesario. Jesús los
quiere muchísimo, Jesús los quiere en serio.
Él los lleva siempre en el
corazón, agregó el Obispo de Roma; Él sabe mejor que nadie lo que cada uno
necesita, lo que anhela, cuál es su deseo más profundo, cómo es nuestro
corazón; y Él no nos abandona nunca y cuando no nos portamos como Él espera,
siempre se queda al lado dispuesto a acogernos, a confortarnos, a darnos una
nueva esperanza, una nueva oportunidad, una nueva vida. Él nunca se va, Él está
siempre ahí”.
En este sentido, el Sucesor de Pedro
agradeció al pueblo por sus oraciones que acompañan este camino de preparación
para su visita.
“Y me da mucha alegría que siguiendo el consejo de mis hermanos
Obispos de Cuba estén repitiendo muchas veces al día esa oración que aprendimos
de niños. Sagrado Corazón de Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo”.
Además, el Papa Francisco recordó que
su visita es para llevar la misericordia y ternura de Dios. “Quiero estar entre
ustedes como misionero de la misericordia, de la ternura de Dios, pero
permítanme a que les anime también a que ustedes sean misioneros de ese amor
infinito de Dios”.
Antes de terminar el video, el Pontífice señaló que visitará
el Santuario de la Virgen del Cobre y lo hará “como un peregrino más, como un
hijo que está deseando llegar a la casa de la Madre. A Ella le confío este
viaje y también le confío a todos los cubanos”, concluyó.
(Renato Martinez – Radio Vaticano)
Texto y audio completo de las palabras del Papa Francisco
Queridos hermanos!
Faltan ya pocos días para mi viaje a
Cuba. Con este motivo, deseo enviarles un saludo fraterno antes de encontrarnos
personalmente. Voy a visitarlos para compartir la fe y la esperanza, para que
nos fortalezcamos mutuamente en el seguimiento de Jesús.
Me hace mucho bien y
me ayuda mucho pensar en su fidelidad al Señor, en el ánimo con que afrontan
las dificultades de cada día, en el amor con que se ayudan y sostienen en el
camino de la vida. Gracias por ese testimonio tan valioso.
De mi parte, quisiera trasmitirles un
mensaje muy sencillo, pero pienso que es importante y necesario. Jesús los
quiere muchísimo, Jesús los quiere en serio. Él los lleva siempre en el
corazón; Él sabe mejor que nadie lo que cada uno necesita, lo que anhela, cuál
es su deseo más profundo, cómo es nuestro corazón; y Él no nos abandona nunca y
cuando no nos portamos como Él espera, siempre se queda al lado dispuesto a
acogernos, a confortarnos, a darnos una nueva esperanza, una nueva oportunidad,
una nueva vida. Él nunca se va, Él está siempre ahí.
Sé que se están preparando para esta
visita con una oración. Se lo agradezco infinitamente. Necesitamos rezar.
Necesitamos la oración. Ese contacto con Jesús y con María. Y me da mucha
alegría que siguiendo el consejo de mis hermanos Obispos de Cuba estén
repitiendo muchas veces al día esa oración que aprendimos de niños.
Sagrado
Corazón de Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo. Es lindo tener un corazón
como el de Jesús para saber amar como Él, perdonar, dar esperanza, acompañar.
Quiero estar entre ustedes como
misionero de la misericordia, de la ternura de Dios, pero permítanme a que les
anime también a que ustedes sean misioneros de ese amor infinito de Dios.
Que a
nadie le falte el testimonio de nuestra fe, de nuestro amor. Que todo el mundo
sepa que Dios siempre perdona, que Dios siempre está al lado nuestro, que Dios
nos quiere.
Voy a ir también al Santuario de la
Virgen del Cobre como un peregrino más, como un hijo que está deseando llegar a
la casa de la Madre.
A Ella le confío este viaje y también le confío a todos
los cubanos. Y por favor les pido que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la
Virgen Santa los cuide.
Gracias.
(from
Vatican Radio)
LA AGENDA DEL PAPA PARA SUS 3 DÍAS
LA AGENDA DEL PAPA PARA SUS 3 DÍAS
EN EEUU TENDRÁ LUGAR EL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS EN PHILADELPHIA
Comienza el viaje del Papa Francisco que le llevará a Cuba y a
Estados Unidos

19 de septiembre
de 2015.-
MENSAJE DE FRANCISCO DURANTE EL VUELO
Ha comenzado esta mañana el
décimo viaje apostólica internacional del Santo Padre Francisco, que le llevará
a Cuba, a los Estados Unidos de América y a la Sede de la ONU con con
motivo de su participación en el VIII Encuentro Mundial de las Familias en
Filadelfia.
El avión con el Santo Padre (un
A330 dell’Alitalia) ha despegado del aeropuerto internacional “Leonardo da
Vinci” de Roma-Fiumicino a las 10.32 horas.
La llegada al aeropuerto
internacional “José Martí” de La Habana está prevista a las 16 horas (22
horas de Roma), tras casa doce horas de vuelo.
En el momento de abandonar territorio
italiano, el Santo Padre Francisco ha enviado al Presidente de la República
Italiana, Sergio Mattarella, el siguiente mensaje telegráfico:
A SUA ECCELLENZA
ON. SERGIO MATTARELLA
PRESIDENTE DELLA REPUBBLICA ITALIANA
PALAZZO DEL QUIRINALE
00187 ROMA
ON. SERGIO MATTARELLA
PRESIDENTE DELLA REPUBBLICA ITALIANA
PALAZZO DEL QUIRINALE
00187 ROMA
NEL MOMENTO IN CUI MI ACCINGO A
COMPIERE LA MIA VISITA PASTORALE A CUBA E NEGLI STATI UNITI, MOSSO DAL
DESIDERIO DI INCONTRARE I FRATELLI NELLA FEDE E GLI ABITANTI DI QUELLE NAZIONI,
MI È GRADITO RIVOLGERE A LEI SIGNOR PRESIDENTE E ALL’INTERO POPOLO ITALIANO
L’ESPRESSIONE DEL MIO BENEAUGURANTE SALUTO CHE ACCOMPAGNO CON CORDIALI AUSPICI
DI PACE E DI PROSPERITÀ.
FRANCISCUS PP.
Este es el trayecto que va ha realizar
el avión:


Telegramas del Papa Francisco a los jefes
de Estado durante el vuelo a Cuba

19 de septiembre
de 2015.-
Durante el viaje aéreo iniciado
esta mañana desde Roma hacia La Habana (Cuba), al sobrevolar Francia y España,
el Santo Padre Francisco ha dirigido a los respectivos jefes de Estado los
siguientes mensajes telegráficos:
Francia
HIS EXCELLENCY FRANÇOIS HOLLANDE
PRESIDENT OF THE FRENCH REPUBLIC
PARIS
PRESIDENT OF THE FRENCH REPUBLIC
PARIS
AS I FLY OVER YOUR COUNTRY ON MY WAY TO CUBA FOR A
PASTORAL VISIT, I SEND CORDIAL GREETINGS TO YOUR EXCELLENCY AND YOUR FELLOW
CITIZENS. I PRAY THAT ALMIGHTY GOD MAY BLESS YOU ALL WITH PEACE AND PROSPERITY,
AS I INVOKE DIVINE BLESSINGS UPON THE NATION.
FRANCISCUS PP.
España
HIS MAJESTY KING FELIPE VI
KINGDOM OF SPAIN
MADRID
KINGDOM OF SPAIN
MADRID
I EXTEND CORDIAL GREETINGS TO YOUR MAJESTY AND THE
SPANISH PEOPLE AS I FLY OVER YOUR COUNTRY ON MY WAY TO CUBA FOR A PASTORAL
VISIT. INVOKING THE BLESSING OF ALMIGHTY GOD UPON THE NATION, I PRAY THAT HE
MAY GRANT YOU PEACE AND PROSPERITY.
FRANCISCUS PP.
"El mensaje de misericordia de Francisco cae en tierra
fertil", P. Juan Miguel Arregui en Cuba

2015-09-19 Radio Vaticana
(RV).- El pueblo
y la Iglesia de Cuba se llena de esperanza y de emoción con la visita del
Obispo de Roma, así lo explica para Radio Vaticano el jesuita Juan Miguel
Arregui.
Haciendo una vista atrás de cómo un Estado que fue obligado a ser
ateo, abrió sus horizontes con la vista de san Juan Pablo II, asegura lo
importante que es el mensaje de misericordia que trae Francisco ya que “cae en
una tierra fértil, para la gente que lo necesita”.
A la pregunta del jesuita Guillermo
Ortiz sobre qué frutos dará esta visita pastoral, asegura que “va a ser una
semilla importante para el cambio y el crecimiento de este país”.
Aeropuerto internacional “José Martí”, La Habana
Sábado 19 de septiembre de 2015
RAÚL CASTRO
RAÚL CASTRO

Santidad:
El pueblo y el Gobierno cubanos lo reciben con profundos sentimientos de
afecto, respeto y hospitalidad.
Nos sentimos muy honrados con su visita. Podrá apreciar que amamos
profundamente nuestra Patria, por la que somos capaces de realizar los más
grandes sacrificios. Nos ha guiado siempre el ejemplo de los próceres de
Nuestra América, quienes nos legaron dignidad, valentía y generosidad. Por
ellos hemos sabido practicar el axioma martiano de que Patria es Humanidad.
El encuentro memorable que sostuvimos en mayo pasado, en la Ciudad del
Vaticano, brindó la oportunidad de intercambiar ideas acerca de algunos de los
asuntos más importantes del mundo en que vivimos.
Los pueblos de la América Latina y el Caribe se han propuesto avanzar
hacia su integración, en defensa de la independencia, la soberanía sobre los
recursos naturales y la justicia social.
Sin embargo, nuestra región sigue siendo la más desigual en la
distribución de la riqueza. En el continente, Gobiernos legítimamente
constituidos que trabajan por un futuro mejor, se enfrentan a numerosos
intentos de desestabilización.
Hemos seguido con mucha atención sus pronunciamientos. La exhortación
apostólica “La Alegría del Evangelio”, acerca de los temas sociales, y la carta
encíclica “Alabado Seas”, referida al futuro y el cuidado del planeta y la
Humanidad, me han motivado profunda reflexión. Serán referentes para la próxima
Cumbre sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015, que tendrá lugar en la ONU en
el presente mes, y la XXI Conferencia Internacional acerca del Cambio Climático
que se celebrará, en diciembre, en París.
Comienzan a tener un eco creciente en el mundo su análisis de las causas
de estos problemas y el llamado a la salvaguarda del planeta y la supervivencia
de nuestra especie; al cese de la acción depredadora de los países ricos y las
grandes transnacionales, a la eliminación de los peligros que se ciernen para
todos en materia de agotamiento de los recursos y pérdida de la biodiversidad.
Como bien su Santidad señala: “La humanidad está llamada a tomar
conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de
producción y de consumo”.
El Líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, en 1992, durante la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de
Janeiro, planteó la necesidad de salvar a la humanidad de la autodestrucción,
distribuir mejor la riqueza, el conocimiento, la ciencia y las tecnologías,
para el desarrollo sostenible, “hacer desaparecer el hambre y no el hombre”,
afirmó.
El sistema internacional actual es injusto e inmoral. Ha globalizado el
capital y convertido en su ídolo al dinero. Hace de los ciudadanos meros
consumidores. En vez de difundir el conocimiento y la cultura, los enajena con
reflejos y patrones de conducta promovidos por medios que solo sirven a los
intereses de sus dueños, las corporaciones transnacionales de la información.
La profunda y permanente crisis se descarga con brutal crudeza sobre los
países del Tercer Mundo.
Tampoco escapan de ella los excluidos en el mundo
industrializado, las minorías, los jóvenes desempleados y los ancianos
desvalidos, los que buscan refugio del hambre y los conflictos. Ofende la
conciencia humana lo que ocurre con los inmigrantes y los pobres. Estos son los
indignados del mundo que claman por sus derechos y el fin de tanta injusticia.
Santidad:
En sus palabras a los dos encuentros mundiales de los Movimientos
Populares en octubre del pasado año en Ciudad del Vaticano y julio del
presente, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, reiteró la necesidad de
practicar la solidaridad y luchar unidos contra las causas estructurales de la
pobreza y la desigualdad, por la dignidad del hombre y se refirió al derecho a
la tierra, al techo y al trabajo.
Para conquistar esos derechos, entre otros, se gestó la Revolución
cubana. Por ellos, reclamó Fidel en su histórico alegato de defensa conocido
como “La Historia me Absolverá”.
Para lograr una sociedad más justa y solidaria hemos trabajado con sumo
esfuerzo y asumido los mayores riesgos desde el triunfo revolucionario.
Lo hemos hecho bloqueados, calumniados, agredidos, con un alto costo de
vidas humanas y grandes daños económicos. Fundamos una sociedad con equidad y
justicia social, con amplio acceso a la cultura y apego a las tradiciones y a
las ideas más avanzadas de Cuba, de América Latina, el Caribe y del mundo.
Millones de personas han recobrado su salud con la cooperación cubana:
325 mil 710 colaboradores han trabajado en 158 países; hoy, cincuenta mil 281
trabajadores cubanos de la salud prestan sus servicios en 68 naciones. Gracias
al programa “Yo sí puedo”, 9 millones 376 mil personas han sido alfabetizadas
en 30 estados; y más de 68 mil estudiantes extranjeros, de 157 países, se han
graduado en Cuba.
Avanzamos resueltamente en la actualización de nuestro modelo económico
y social para construir un socialismo próspero y sostenible, centrado en el ser
humano, la familia y la participación libre, democrática, consciente y creadora
de toda la sociedad, en especial de los jóvenes.
Preservar el socialismo es garantizar la independencia, soberanía,
desarrollo y bienestar de la Nación.
Tenemos la más firme decisión de enfrentar
todos los retos para alcanzar una sociedad virtuosa y justa, con altos valores
éticos y espirituales. Como señaló el venerable presbítero Félix Varela,
“…queremos que las generaciones futuras hereden de nosotros la dignidad de los
hombres y recuerden lo que cuesta recuperarla para que teman perderla…”
La unidad, identidad e integración regional deben ser defendidas. La
Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes
de Estado y Gobierno durante la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños, celebrada en La Habana en enero de 2014, consagra
un conjunto de compromisos de vital importancia, como la solución pacífica de
controversias a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la
fuerza de nuestra región; no intervenir, directa o indirectamente, en los
asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de
soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los
pueblos; fomentar las relaciones de amistad y de cooperación entre sí y con
otras naciones; y respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a
elegir su sistema político, económico, social y cultural, como condición esencial
para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones.
Para Cuba, los propósitos y principios de la Carta de las Naciones
Unidas tienen plena vigencia. Solo el respeto a estos puede garantizar la paz y
la seguridad internacionales crecientemente amenazadas.
Conocimos con sumo interés las palabras de Su Santidad en el marco de la
conmemoración del 70 aniversario de los ataques nucleares contra las ciudades
de Hiroshima y Nagasaki.
La existencia de las armas nucleares es una amenaza contra la supervivencia
misma de los seres humanos y una afrenta a los principios éticos y morales que
deben regir las relaciones entre las naciones. Su uso significaría la
desaparición de la civilización humana. Abogar por el desarme, y muy
particularmente por el desarme nuclear, no solo es un deber sino un derecho de
todos los pueblos del mundo.
Santidad:
Hemos agradecido su apoyo al diálogo entre los Estados Unidos y Cuba. El
restablecimiento de relaciones diplomáticas ha sido un primer paso en el
proceso hacia la normalización de los vínculos entre ambos países que requerirá
resolver problemas y reparar injusticias.
El bloqueo, que provoca daños humanos
y privaciones a las familias cubanas, es cruel, inmoral e ilegal, debe cesar.
El territorio que usurpa la Base Naval en Guantánamo debe ser devuelto a Cuba.
Otros asuntos deben ser también dirimidos. Estos justos reclamos son
compartidos por los pueblos y la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo.
Conmemoramos este año, Santidad, el 80 Aniversario de relaciones
ininterrumpidas entre la Santa Sede apostólica y Cuba, que son buenas y se
desarrollan favorablemente sobre la base del respeto mutuo.
El Gobierno y la Iglesia Católica en Cuba mantienen relaciones en un
clima edificante, al igual que ocurre con todas las religiones e instituciones
religiosas presentes en el país, que inculcan valores morales que la Nación
aprecia y cultiva.
Ejercemos la libertad religiosa como derecho consagrado en
nuestra Constitución.
Damos a la presencia de Su Santidad en nuestra Patria todo su
significado.
Será trascendente y enriquecedor para la Nación su encuentro con
un pueblo trabajador, instruido, abnegado, generoso, con profundas
convicciones, valores patrióticos, dispuesto a continuar su heroica resistencia
y a construir una sociedad que garantice el pleno desarrollo, de mujeres y
hombres, con dignidad y justicia.
En nombre de este noble pueblo, le doy la más calurosa bienvenida.
DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO EN LA
CEREMONIA DE BIENVENIDA A CUBA
Aeropuerto internacional “José Martí”, La Habana
Sábado 19 de septiembre de 2015
Sábado 19 de septiembre de 2015

Señor Presidente,
Distinguidas Autoridades,
Hermanos en el Episcopado,
Señoras y señores:
Muchas gracias, Señor Presidente, por su acogida y sus atentas palabras
de bienvenida en nombre del Gobierno y de todo el pueblo cubano.
Mi saludo se
dirige también a las autoridades y a los miembros del Cuerpo diplomático que
han tenido la amabilidad de hacerse presentes en este acto.
Al Cardenal Jaime Ortega y Alamino, Arzobispo de La Habana, a Monseñor
Dionisio Guillermo García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba y Presidente de
la Conferencia Episcopal, a los demás Obispos y a todo el pueblo cubano, les
agradezco su fraterno recibimiento.
Gracias a todos los que se han esmerado para preparar esta visita
pastoral. Quisiera pedirle a Usted, Señor Presidente, que transmita mis
sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel.
A su vez,
quisiera que mi saludo llegase especialmente a todas aquellas personas que, por
diversos motivos, no podré encontrar y a todos los cubanos dispersos por el
mundo.
Como el Presidente señaló, este año 2015 se celebra el 80 aniversario del
establecimiento de relaciones diplomáticas ininterrumpidas entre la República
de Cuba y la Santa Sede.
La Providencia me permite llegar hoy a esta querida
Nación, siguiendo las huellas indelebles del camino abierto por los
inolvidables viajes apostólicos que realizaron a esta Isla mi dos predecesores,
san Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Sé que su recuerdo suscita gratitud y cariño
en el pueblo y las autoridades de Cuba. Hoy renovamos estos lazos de
cooperación y amistad para que la Iglesia siga acompañando y alentando al
pueblo cubano en sus esperanzas y en sus preocupaciones, con libertad y con los
medios necesarios para llevar el anuncio del Reino hasta las periferias
existenciales de la sociedad.
Este viaje apostólico coincide además con el I Centenario de la
declaración de la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba, por
Benedicto XV. Fueron los veteranos de la Guerra de la Independencia, movidos
por sentimientos de fe y patriotismo, quienes pidieron que la Virgen mambisa
fuera la patrona de Cuba como nación libre y soberana.
Desde entonces, Ella ha
acompañado la historia del pueblo cubano, sosteniendo la esperanza que preserva
la dignidad de las personas en las situaciones más difíciles y abanderando la
promoción de todo aquello que dignifica al ser humano.
Su creciente devoción es
testimonio visible de la presencia de la Virgen en el alma del pueblo cubano.
En estos días tendré ocasión de ir al Cobre, como hijo y peregrino, para
pedirle a nuestra Madre por todos sus hijos cubanos y por esta querida Nación,
para que transite por los caminos de justicia, paz, libertad y reconciliación.
Geográficamente, Cuba es un archipiélago que mira hacia todos los
caminos, con un valor extraordinario como «llave» entre el norte y el sur,
entre el este y el oeste.
Su vocación natural es ser punto de encuentro para
que todos los pueblos se reúnan en amistad, como soñó José Martí, «por sobre la
lengua de los istmosy la barrera de los mares» (La Conferencia Monetaria de
las Repúblicas de América, en Obras escogidas II, La
Habana 1992, 505).
Ese mismo fue el deseo de san Juan Pablo II con su ardiente
llamamiento a «que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo
y que elmundo se abra a Cuba» (Discurso en la ceremonia de llegada, 21
enero de 1998, 5).
Desde hace varios meses, estamos siendo testigos de un acontecimiento
que nos llena de esperanza: el proceso de normalización de las relaciones entre
dos pueblos, tras años de distanciamiento.
Ese proceso, es un signo de la
victoria de la cultura del encuentro, del diálogo, del «sistema del
acrecentamiento universal… por sobre el sistema, muerto para siempre, de
dinastía y de grupos» (José Martí, ibíd.).
Animo a los responsables políticos a
continuar avanzando por este camino y a desarrollar todas sus potencialidades,
como prueba del alto servicio que están llamados a prestar a favor de la paz y
el bienestar de sus pueblos, de toda América, y como ejemplo de reconciliación
para el mundo entero.
Pongo estos días bajo la intercesión de la Virgen de la Caridad del
Cobre, de los beatos Olallo Valdés y José López Piteira y del venerable Félix
Varela, gran propagador del amor entre los cubanos y entre todos los hombres,
para que aumenten nuestros lazos de paz, solidaridad y respeto mutuo.
Nuevamente, muchas gracias, Señor Presidente.
SANTA
MISA EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN DE LA HABANA, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2015
Homilía del Santo Padre Francisco en la
Santa Misa celebrada en la Plaza de la Revolución de La Habana
Plaza de la Revolución José Martí, La Habana
Domingo 20 de septiembre de 2015
Domingo 20 de septiembre de 2015



XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Jesús les hace a sus discípulos una pregunta aparentemente indiscreta: «¿De qué
discutían por el camino?». Una pregunta que también puede hacernos hoy: ¿De
qué hablan cotidianamente? ¿Cuáles son sus aspiraciones? «Ellos –dice el
Evangelio– no contestaron, porque por el camino habían discutido sobre quién
era el más importante». Les daba vergüenza decirle a Jesús de lo que
hablaban. Como a los discípulos de ayer, también hoy a nosotros, nos puede
acompañar la misma discusión: ¿Quién es el más importante?
Jesús no insiste con la pregunta, no los obliga a responderle de qué
hablaban por el camino, pero la pregunta permanece no solo en la mente, sino
también en el corazón de los discípulos.
¿Quién es el más importante? Una pregunta que nos acompañará toda la
vida y en las distintas etapas seremos desafiados a responderla. No podemos escapar
a esta pregunta, está grabada en el corazón. Recuerdo más de una vez en
reuniones familiares preguntar a los hijos: ¿A quién querés más, a papá o a
mamá? Es como preguntarle: ¿Quién es más importante para vos? ¿Es tan solo un
simple juego de niños esta pregunta? La historia de la humanidad ha estado
marcada por el modo de responder a esta pregunta.
Jesús no le teme a las preguntas de los hombres; no le teme a la
humanidad ni a las distintas búsquedas que ésta realiza. Al contrario, Él
conoce los «recovecos» del corazón humano, y como buen pedagogo está dispuesto
a acompañarnos siempre. Fiel a su estilo, asume nuestras búsquedas, nuestras
aspiraciones y les da un nuevo horizonte. Fiel a su estilo, logra dar una
respuesta capaz de plantear un nuevo desafío, descolocando «las respuestas
esperadas» o lo aparentemente establecido. Fiel a su estilo, Jesús siempre
plantea la lógica del amor. Una lógica capaz de ser vivida por todos, porque es
para todos.
Lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte de Jesús no es para unos
pocos privilegiados capaces de llegar al «conocimiento deseado» o a distintos
niveles de espiritualidad. El horizonte de Jesús, siempre es una oferta para la
vida cotidiana también aquí en «nuestra isla»; una oferta que siempre hace que
el día a día tenga cierto sabor a eternidad.
¿Quién es el más importante? Jesús es simple en su respuesta: «Quien
quiera ser el primero – o sea el más importante – que sea el último de todos y
el servidor de todos». Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que
se sirva de los demás.
Y esta es la gran paradoja de Jesús. Los discípulos discutían quién
ocuparía el lugar más importante, quién sería seleccionado como el privilegiado
–¡eran los discípulos, los más cercanos a Jesús, y discutían sobre eso!-, quién
estaría exceptuado de la ley común, de la norma general, para destacarse en un
afán de superioridad sobre los demás. Quién escalaría más pronto para ocupar
los cargos que darían ciertas ventajas.
Y Jesús les trastoca su lógica diciéndoles sencillamente que la vida
auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo. Es decir,
sirviendo.
La invitación al servicio posee una peculiaridad a la que debemos estar
atentos.
Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad.
Servir
significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de
nuestro pueblo.
Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los
que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar.
Amor que se plasma en
acciones y decisiones.
Amor que se manifiesta en las distintas tareas que como
ciudadanos estamos invitados a desarrollar.
Son personas de carne y hueso, con
su vida, su historia y especialmente con su fragilidad, las que Jesús nos
invita a defender, a cuidar y a servir.
Porque ser cristiano entraña servir la
dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para
la dignidad de sus hermanos.
Por eso, el cristiano es invitado siempre a dejar
de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta
de los más frágiles.
Hay un «servicio» que sirve a los otros; pero tenemos que cuidarnos del
otro servicio, de la tentación del «servicio» que «se» sirve de los otros.
Hay
una forma de ejercer el servicio que tiene como interés el beneficiar a los
«míos», en nombre de lo «nuestro». Ese servicio siempre deja a los «tuyos» por
fuera, generando una dinámica de exclusión.
Todos estamos llamados por vocación cristiana al servicio que sirve y a
ayudarnos mutuamente a no caer en las tentaciones del «servicio que se sirve».
Todos estamos invitados, estimulados por Jesús a hacernos cargo los unos de los
otros por amor. Y esto sin mirar de costado para ver lo que el vecino hace o ha
dejado de hacer. Jesús dice:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último y
el servidor de todos». Ese va a ser el primero. No dice, si tu vecino quiere
ser el primero que sirva.
Debemos cuidarnos de la mirada enjuiciadora y
animarnos a creer en la mirada transformadora a la que nos invita Jesús.
Este hacernos cargo por amor no apunta a una actitud de servilismo, por
el contrario, pone en el centro la cuestión del hermano: el servicio siempre
mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en
algunos casos la «padece» y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el
servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a
personas.
El santo Pueblo fiel de Dios que camina en Cuba, es un pueblo que tiene
gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas.
Es un pueblo que
camina, que canta y alaba. Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo,
pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque
su vocación es de grandeza. Así la sembraron sus próceres.
Hoy los invito a que
cuiden esa vocación, a que cuiden estos dones que Dios les ha regalado, pero
especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, la
fragilidad de sus hermanos.
No los descuiden por proyectos que puedan resultar
seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado.
Nosotros conocemos, somos testigos de la «fuerza imparable» de la resurrección,
que «provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo» (cf. Evangelii
gaudium, 276.278).
No nos olvidemos de la Buena Nueva de hoy: la importancia de un pueblo,
de una nación; la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve la
fragilidad de sus hermanos. Y en esto encontramos uno de los frutos de una
verdadera humanidad.
Porque, queridos hermanos y hermanas, «quien no vive para servir, no
sirve para vivir».











JMP+
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