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sábado, 19 de septiembre de 2015

FRANCISCO VIAJA A CUBA Y ESTADOS UNIDOS. "MISIONERO DE LA MISERICORDIA". 19 AL 27 SEPTIEMBRE 2015.


“MISIONERO DE LA MISERICORDIA”





FRANCISCO VIAJA A CUBA Y ESTADOS UNIDOS
10° VIAJE INTERNACIONAL – 19 a 27 SEPTIEMBRE 2015

“Misionero de la misericordia”. Inició el 10° Viaje Apostólico del Papa Francisco

2015-09-19 Radio Vaticana

(RV).- “Voy a visitarlos para compartir la fe y la esperanza”. Inició este sábado 19 de septiembre el 10° Viaje Internacional del Papa Francisco, el más largo de su Pontificado, transcurrirá diez días entre Cuba y Estados Unidos.

Alrededor de las diez de la mañana partió desde el aeropuerto romano de Fiumicino, el avión que lleva al Santo Padre hasta la capital cubana, donde llegará después de 11 horas de vuelo, habiendo recorrido más de 8.000 kilómetros.

Misionero de la misericordia – Cuba

La primera etapa de su viaje es La Habana, donde será recibido por el Presidente cubano, Raúl Castro en el Aeropuerto Internacional “José Martí” en una ceremonia de bienvenida, aquí el Pontífice pronunciará su primer discurso. Su visita a la Isla Caribeña está fijada hasta el martes 22 de septiembre, día en que partirá para los Estados Unidos, después de haber visitado las ciudades de Holguín y Santiago de Cuba y el Santuario Nacional de la “Virgen de la caridad del cobre”.

El amor es nuestra misión – EE.UU.

La siguiente etapa será los Estados Unidos de América, donde permanecerá hasta el domingo 27 de septiembre; durante estos días, el Obispo de Roma visitará las ciudades de Washington, New York y Filadelfia. Entre los eventos más significativos destacan su visita al Congreso de los Estados Unidos en Washington y la Sede de las Naciones Unidas en New York, asimismo, su participación en el VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia.

En las manos de la Madre

Como es habitual, la tarde de este viernes 18 de septiembre, el Papa Francisco antes de iniciar su décimo Viaje Apostólico Internacional que lo llevará a Cuba y a los Estados Unidos, fue a rezar de forma privada a Basílica de Santa María la Mayor.

(RM - RV)


“VOY A VISITARLOS COMO MISIONERO DE LA MISERICORDIA Y DE LA TERNURA DE DIOS”, VIDEO MENSAJE DEL PAPA A CUBA

2015-09-18 Radio Vaticana

(RV).- “Voy a visitarlos para compartir la fe y la esperanza, para que nos fortalezcamos mutuamente en el seguimiento de Jesús”, es el aliento del Papa Francisco al pueblo cubano en un video mensaje a pocas horas de iniciar su Visita Apostólica a la Isla Caribeña.

El video fue publicado en el sitio web de la Conferencia Episcopal Cubana www.iglesiacubana.net. Todos los medio oficiales del Estado cubano han dado amplia cobertura a las palabras del Santo Padre que expresó su deseo de visitar este país para “compartir la fe y la esperanza”, en el seguimiento de Jesús.

Asimismo, el Pontífice alentó a todos los fieles en Cuba a seguir manteniendo “su fidelidad al Señor, en el ánimo con que afrontan las dificultades de cada día, en el amor con que se ayudan y sostienen en el camino de la vida”. 

Por ello dijo el Papa, “quisiera trasmitirles un mensaje muy sencillo, pero pienso que es importante y necesario. Jesús los quiere muchísimo, Jesús los quiere en serio. 

Él los lleva siempre en el corazón, agregó el Obispo de Roma; Él sabe mejor que nadie lo que cada uno necesita, lo que anhela, cuál es su deseo más profundo, cómo es nuestro corazón; y Él no nos abandona nunca y cuando no nos portamos como Él espera, siempre se queda al lado dispuesto a acogernos, a confortarnos, a darnos una nueva esperanza, una nueva oportunidad, una nueva vida. Él nunca se va, Él está siempre ahí”.

En este sentido, el Sucesor de Pedro agradeció al pueblo por sus oraciones que acompañan este camino de preparación para su visita. 

“Y me da mucha alegría que siguiendo el consejo de mis hermanos Obispos de Cuba estén repitiendo muchas veces al día esa oración que aprendimos de niños. Sagrado Corazón de Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo”.

Además, el Papa Francisco recordó que su visita es para llevar la misericordia y ternura de Dios. “Quiero estar entre ustedes como misionero de la misericordia, de la ternura de Dios, pero permítanme a que les anime también a que ustedes sean misioneros de ese amor infinito de Dios”. 

Antes de terminar el video, el Pontífice señaló que visitará el Santuario de la Virgen del Cobre y lo hará “como un peregrino más, como un hijo que está deseando llegar a la casa de la Madre. A Ella le confío este viaje y también le confío a todos los cubanos”, concluyó.

(Renato Martinez – Radio Vaticano)


Texto y audio completo de las palabras del Papa Francisco

Queridos hermanos!

Faltan ya pocos días para mi viaje a Cuba. Con este motivo, deseo enviarles un saludo fraterno antes de encontrarnos personalmente. Voy a visitarlos para compartir la fe y la esperanza, para que nos fortalezcamos mutuamente en el seguimiento de Jesús. 

Me hace mucho bien y me ayuda mucho pensar en su fidelidad al Señor, en el ánimo con que afrontan las dificultades de cada día, en el amor con que se ayudan y sostienen en el camino de la vida. Gracias por ese testimonio tan valioso.

De mi parte, quisiera trasmitirles un mensaje muy sencillo, pero pienso que es importante y necesario. Jesús los quiere muchísimo, Jesús los quiere en serio. Él los lleva siempre en el corazón; Él sabe mejor que nadie lo que cada uno necesita, lo que anhela, cuál es su deseo más profundo, cómo es nuestro corazón; y Él no nos abandona nunca y cuando no nos portamos como Él espera, siempre se queda al lado dispuesto a acogernos, a confortarnos, a darnos una nueva esperanza, una nueva oportunidad, una nueva vida. Él nunca se va, Él está siempre ahí.

Sé que se están preparando para esta visita con una oración. Se lo agradezco infinitamente. Necesitamos rezar. Necesitamos la oración. Ese contacto con Jesús y con María. Y me da mucha alegría que siguiendo el consejo de mis hermanos Obispos de Cuba estén repitiendo muchas veces al día esa oración que aprendimos de niños.

Sagrado Corazón de Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo. Es lindo tener un corazón como el de Jesús para saber amar como Él, perdonar, dar esperanza, acompañar.

Quiero estar entre ustedes como misionero de la misericordia, de la ternura de Dios, pero permítanme a que les anime también a que ustedes sean misioneros de ese amor infinito de Dios. 

Que a nadie le falte el testimonio de nuestra fe, de nuestro amor. Que todo el mundo sepa que Dios siempre perdona, que Dios siempre está al lado nuestro, que Dios nos quiere.

Voy a ir también al Santuario de la Virgen del Cobre como un peregrino más, como un hijo que está deseando llegar a la casa de la Madre. 

A Ella le confío este viaje y también le confío a todos los cubanos. Y por favor les pido que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Gracias.

 (from Vatican Radio) 

LA AGENDA DEL PAPA PARA SUS 3 DÍAS




EN EEUU TENDRÁ LUGAR EL ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS EN PHILADELPHIA





Comienza el viaje del Papa Francisco que le llevará a Cuba y a Estados Unidos




19 de septiembre de 2015.- 


MENSAJE DE FRANCISCO DURANTE EL VUELO





Ha comenzado esta mañana el décimo viaje apostólica internacional del Santo Padre Francisco, que le llevará a Cuba, a los Estados Unidos de América y a la Sede de la ONU con con motivo de su participación en el VIII Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia.
El avión con el Santo Padre (un A330 dell’Alitalia) ha despegado del aeropuerto internacional “Leonardo da Vinci” de Roma-Fiumicino a las 10.32 horas.

La llegada al aeropuerto internacional “José Martí” de La Habana está prevista a las 16 horas (22 horas de Roma), tras casa doce horas de vuelo.

En el momento de abandonar territorio italiano, el Santo Padre Francisco ha enviado al Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, el siguiente mensaje telegráfico:

A SUA ECCELLENZA
ON. SERGIO MATTARELLA
PRESIDENTE DELLA REPUBBLICA ITALIANA
PALAZZO DEL QUIRINALE
00187 ROMA
NEL MOMENTO IN CUI MI ACCINGO A COMPIERE LA MIA VISITA PASTORALE A CUBA E NEGLI STATI UNITI, MOSSO DAL DESIDERIO DI INCONTRARE I FRATELLI NELLA FEDE E GLI ABITANTI DI QUELLE NAZIONI, MI È GRADITO RIVOLGERE A LEI SIGNOR PRESIDENTE E ALL’INTERO POPOLO ITALIANO L’ESPRESSIONE DEL MIO BENEAUGURANTE SALUTO CHE ACCOMPAGNO CON CORDIALI AUSPICI DI PACE E DI PROSPERITÀ.
FRANCISCUS PP.
Este es el trayecto que va ha realizar el avión:

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Telegramas del Papa Francisco a los jefes de Estado durante el vuelo a Cuba



19 de septiembre de 2015.- 

Durante el viaje aéreo iniciado esta mañana desde Roma hacia La Habana (Cuba), al sobrevolar Francia y España, el Santo Padre Francisco ha dirigido a los respectivos jefes de Estado los siguientes mensajes telegráficos:

Francia

HIS EXCELLENCY FRANÇOIS HOLLANDE
PRESIDENT OF THE FRENCH REPUBLIC
PARIS
AS I FLY OVER YOUR COUNTRY ON MY WAY TO CUBA FOR A PASTORAL VISIT, I SEND CORDIAL GREETINGS TO YOUR EXCELLENCY AND YOUR FELLOW CITIZENS. I PRAY THAT ALMIGHTY GOD MAY BLESS YOU ALL WITH PEACE AND PROSPERITY, AS I INVOKE DIVINE BLESSINGS UPON THE NATION.

FRANCISCUS PP.

España
HIS MAJESTY KING FELIPE VI
KINGDOM OF SPAIN
MADRID
I EXTEND CORDIAL GREETINGS TO YOUR MAJESTY AND THE SPANISH PEOPLE AS I FLY OVER YOUR COUNTRY ON MY WAY TO CUBA FOR A PASTORAL VISIT. INVOKING THE BLESSING OF ALMIGHTY GOD UPON THE NATION, I PRAY THAT HE MAY GRANT YOU PEACE AND PROSPERITY.

FRANCISCUS PP.



"El mensaje de misericordia de Francisco cae en tierra fertil", P. Juan Miguel Arregui en Cuba

2015-09-19 Radio Vaticana

(RV).- El pueblo y la Iglesia de Cuba se llena de esperanza y de emoción con la visita del Obispo de Roma, así lo explica para Radio Vaticano el jesuita Juan Miguel Arregui. 

Haciendo una vista atrás de cómo un Estado que fue obligado a ser ateo, abrió sus horizontes con la vista de san Juan Pablo II, asegura lo importante que es el mensaje de misericordia que trae Francisco ya que “cae en una tierra fértil, para la gente que lo necesita”.

A la pregunta del jesuita Guillermo Ortiz sobre qué frutos dará esta visita pastoral, asegura que “va a ser una semilla importante para el cambio y el crecimiento de este país”.


(from Vatican Radio)


FRANCISCO ARRIBA A CUBA


































CEREMONIA DE BIENVENIDA A CUBA

19-09-2015







Aeropuerto internacional “José Martí”, La Habana
Sábado 19 de septiembre de 2015

RAÚL CASTRO





Santidad:

El pueblo y el Gobierno cubanos lo reciben con profundos sentimientos de afecto, respeto y hospitalidad.

Nos sentimos muy honrados con su visita. Podrá apreciar que amamos profundamente nuestra Patria, por la que somos capaces de realizar los más grandes sacrificios. Nos ha guiado siempre el ejemplo de los próceres de Nuestra América, quienes nos legaron dignidad, valentía y generosidad. Por ellos hemos sabido practicar el axioma martiano de que Patria es Humanidad.

El encuentro memorable que sostuvimos en mayo pasado, en la Ciudad del Vaticano, brindó la oportunidad de intercambiar ideas acerca de algunos de los asuntos más importantes del mundo en que vivimos.

Los pueblos de la América Latina y el Caribe se han propuesto avanzar hacia su integración, en defensa de la independencia, la soberanía sobre los recursos naturales y la justicia social.

Sin embargo, nuestra región sigue siendo la más desigual en la distribución de la riqueza. En el continente, Gobiernos legítimamente constituidos que trabajan por un futuro mejor, se enfrentan a numerosos intentos de desestabilización.

Hemos seguido con mucha atención sus pronunciamientos. La exhortación apostólica “La Alegría del Evangelio”, acerca de los temas sociales, y la carta encíclica “Alabado Seas”, referida al futuro y el cuidado del planeta y la Humanidad, me han motivado profunda reflexión. Serán referentes para la próxima Cumbre sobre la Agenda de Desarrollo Post-2015, que tendrá lugar en la ONU en el presente mes, y la XXI Conferencia Internacional acerca del Cambio Climático que se celebrará, en diciembre, en París.

Comienzan a tener un eco creciente en el mundo su análisis de las causas de estos problemas y el llamado a la salvaguarda del planeta y la supervivencia de nuestra especie; al cese de la acción depredadora de los países ricos y las grandes transnacionales, a la eliminación de los peligros que se ciernen para todos en materia de agotamiento de los recursos y pérdida de la biodiversidad.

Como bien su Santidad señala: “La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo”.

El Líder de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, en 1992, durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro, planteó la necesidad de salvar a la humanidad de la autodestrucción, distribuir mejor la riqueza, el conocimiento, la ciencia y las tecnologías, para el desarrollo sostenible, “hacer desaparecer el hambre y no el hombre”, afirmó.

El sistema internacional actual es injusto e inmoral. Ha globalizado el capital y convertido en su ídolo al dinero. Hace de los ciudadanos meros consumidores. En vez de difundir el conocimiento y la cultura, los enajena con reflejos y patrones de conducta promovidos por medios que solo sirven a los intereses de sus dueños, las corporaciones transnacionales de la información.

La profunda y permanente crisis se descarga con brutal crudeza sobre los países del Tercer Mundo.

Tampoco escapan de ella los excluidos en el mundo industrializado, las minorías, los jóvenes desempleados y los ancianos desvalidos, los que buscan refugio del hambre y los conflictos. Ofende la conciencia humana lo que ocurre con los inmigrantes y los pobres. Estos son los indignados del mundo que claman por sus derechos y el fin de tanta injusticia.

Santidad:

En sus palabras a los dos encuentros mundiales de los Movimientos Populares en octubre del pasado año en Ciudad del Vaticano y julio del presente, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, reiteró la necesidad de practicar la solidaridad y luchar unidos contra las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad, por la dignidad del hombre y se refirió al derecho a la tierra, al techo y al trabajo.

Para conquistar esos derechos, entre otros, se gestó la Revolución cubana. Por ellos, reclamó Fidel en su histórico alegato de defensa conocido como “La Historia me Absolverá”.

Para lograr una sociedad más justa y solidaria hemos trabajado con sumo esfuerzo y asumido los mayores riesgos desde el triunfo revolucionario.

Lo hemos hecho bloqueados, calumniados, agredidos, con un alto costo de vidas humanas y grandes daños económicos. Fundamos una sociedad con equidad y justicia social, con amplio acceso a la cultura y apego a las tradiciones y a las ideas más avanzadas de Cuba, de América Latina, el Caribe y del mundo.

Millones de personas han recobrado su salud con la cooperación cubana: 325 mil 710 colaboradores han trabajado en 158 países; hoy, cincuenta mil 281 trabajadores cubanos de la salud prestan sus servicios en 68 naciones. Gracias al programa “Yo sí puedo”, 9 millones 376 mil personas han sido alfabetizadas en 30 estados; y más de 68 mil estudiantes extranjeros, de 157 países, se han graduado en Cuba.

Avanzamos resueltamente en la actualización de nuestro modelo económico y social para construir un socialismo próspero y sostenible, centrado en el ser humano, la familia y la participación libre, democrática, consciente y creadora de toda la sociedad, en especial de los jóvenes.

Preservar el socialismo es garantizar la independencia, soberanía, desarrollo y bienestar de la Nación. 

Tenemos la más firme decisión de enfrentar todos los retos para alcanzar una sociedad virtuosa y justa, con altos valores éticos y espirituales. Como señaló el venerable presbítero Félix Varela, “…queremos que las generaciones futuras hereden de nosotros la dignidad de los hombres y recuerden lo que cuesta recuperarla para que teman perderla…”

La unidad, identidad e integración regional deben ser defendidas. La Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y Gobierno durante la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, celebrada en La Habana en enero de 2014, consagra un conjunto de compromisos de vital importancia, como la solución pacífica de controversias a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza de nuestra región; no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos; fomentar las relaciones de amistad y de cooperación entre sí y con otras naciones; y respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural, como condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones.

Para Cuba, los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas tienen plena vigencia. Solo el respeto a estos puede garantizar la paz y la seguridad internacionales crecientemente amenazadas.

Conocimos con sumo interés las palabras de Su Santidad en el marco de la conmemoración del 70 aniversario de los ataques nucleares contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.

La existencia de las armas nucleares es una amenaza contra la supervivencia misma de los seres humanos y una afrenta a los principios éticos y morales que deben regir las relaciones entre las naciones. Su uso significaría la desaparición de la civilización humana. Abogar por el desarme, y muy particularmente por el desarme nuclear, no solo es un deber sino un derecho de todos los pueblos del mundo.

Santidad:

Hemos agradecido su apoyo al diálogo entre los Estados Unidos y Cuba. El restablecimiento de relaciones diplomáticas ha sido un primer paso en el proceso hacia la normalización de los vínculos entre ambos países que requerirá resolver problemas y reparar injusticias. 

El bloqueo, que provoca daños humanos y privaciones a las familias cubanas, es cruel, inmoral e ilegal, debe cesar. 

El territorio que usurpa la Base Naval en Guantánamo debe ser devuelto a Cuba. Otros asuntos deben ser también dirimidos. Estos justos reclamos son compartidos por los pueblos y la inmensa mayoría de los gobiernos del mundo.


Conmemoramos este año, Santidad, el 80 Aniversario de relaciones ininterrumpidas entre la Santa Sede apostólica y Cuba, que son buenas y se desarrollan favorablemente sobre la base del respeto mutuo.

El Gobierno y la Iglesia Católica en Cuba mantienen relaciones en un clima edificante, al igual que ocurre con todas las religiones e instituciones religiosas presentes en el país, que inculcan valores morales que la Nación aprecia y cultiva. 

Ejercemos la libertad religiosa como derecho consagrado en nuestra Constitución.
Damos a la presencia de Su Santidad en nuestra Patria todo su significado. 

Será trascendente y enriquecedor para la Nación su encuentro con un pueblo trabajador, instruido, abnegado, generoso, con profundas convicciones, valores patrióticos, dispuesto a continuar su heroica resistencia y a construir una sociedad que garantice el pleno desarrollo, de mujeres y hombres, con dignidad y justicia.

En nombre de este noble pueblo, le doy la más calurosa bienvenida.





DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO EN LA CEREMONIA DE BIENVENIDA A CUBA

Aeropuerto internacional “José Martí”, La Habana
Sábado 19 de septiembre de 2015

fran19092015

Señor Presidente,

Distinguidas Autoridades,

Hermanos en el Episcopado,

Señoras y señores:

Muchas gracias, Señor Presidente, por su acogida y sus atentas palabras de bienvenida en nombre del Gobierno y de todo el pueblo cubano. 

Mi saludo se dirige también a las autoridades y a los miembros del Cuerpo diplomático que han tenido la amabilidad de hacerse presentes en este acto.

Al Cardenal Jaime Ortega y Alamino, Arzobispo de La Habana, a Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba y Presidente de la Conferencia Episcopal, a los demás Obispos y a todo el pueblo cubano, les agradezco su fraterno recibimiento.

Gracias a todos los que se han esmerado para preparar esta visita pastoral. Quisiera pedirle a Usted, Señor Presidente, que transmita mis sentimientos de especial consideración y respeto a su hermano Fidel. 

A su vez, quisiera que mi saludo llegase especialmente a todas aquellas personas que, por diversos motivos, no podré encontrar y a todos los cubanos dispersos por el mundo.

Como el Presidente señaló, este año 2015 se celebra el 80 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas ininterrumpidas entre la República de Cuba y la Santa Sede. 

La Providencia me permite llegar hoy a esta querida Nación, siguiendo las huellas indelebles del camino abierto por los inolvidables viajes apostólicos que realizaron a esta Isla mi dos predecesores, san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Sé que su recuerdo suscita gratitud y cariño en el pueblo y las autoridades de Cuba. Hoy renovamos estos lazos de cooperación y amistad para que la Iglesia siga acompañando y alentando al pueblo cubano en sus esperanzas y en sus preocupaciones, con libertad y con los medios necesarios para llevar el anuncio del Reino hasta las periferias existenciales de la sociedad.

Este viaje apostólico coincide además con el I Centenario de la declaración de la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba, por Benedicto XV. Fueron los veteranos de la Guerra de la Independencia, movidos por sentimientos de fe y patriotismo, quienes pidieron que la Virgen mambisa fuera la patrona de Cuba como nación libre y soberana. 

Desde entonces, Ella ha acompañado la historia del pueblo cubano, sosteniendo la esperanza que preserva la dignidad de las personas en las situaciones más difíciles y abanderando la promoción de todo aquello que dignifica al ser humano. 

Su creciente devoción es testimonio visible de la presencia de la Virgen en el alma del pueblo cubano. En estos días tendré ocasión de ir al Cobre, como hijo y peregrino, para pedirle a nuestra Madre por todos sus hijos cubanos y por esta querida Nación, para que transite por los caminos de justicia, paz, libertad y reconciliación.

Geográficamente, Cuba es un archipiélago que mira hacia todos los caminos, con un valor extraordinario como «llave» entre el norte y el sur, entre el este y el oeste. 

Su vocación natural es ser punto de encuentro para que todos los pueblos se reúnan en amistad, como soñó José Martí, «por sobre la lengua de los istmosy la barrera de los mares» (La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América, en Obras escogidas II, La Habana 1992, 505). 

Ese mismo fue el deseo de san Juan Pablo II con su ardiente llamamiento a «que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que elmundo se abra a Cuba» (Discurso en la ceremonia de llegada, 21 enero de 1998, 5).

Desde hace varios meses, estamos siendo testigos de un acontecimiento que nos llena de esperanza: el proceso de normalización de las relaciones entre dos pueblos, tras años de distanciamiento. 

Ese proceso, es un signo de la victoria de la cultura del encuentro, del diálogo, del «sistema del acrecentamiento universal… por sobre el sistema, muerto para siempre, de dinastía y de grupos» (José Martí, ibíd.). 

Animo a los responsables políticos a continuar avanzando por este camino y a desarrollar todas sus potencialidades, como prueba del alto servicio que están llamados a prestar a favor de la paz y el bienestar de sus pueblos, de toda América, y como ejemplo de reconciliación para el mundo entero.

Pongo estos días bajo la intercesión de la Virgen de la Caridad del Cobre, de los beatos Olallo Valdés y José López Piteira y del venerable Félix Varela, gran propagador del amor entre los cubanos y entre todos los hombres, para que aumenten nuestros lazos de paz, solidaridad y respeto mutuo.

Nuevamente, muchas gracias, Señor Presidente.




SANTA MISA EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN DE LA HABANA, 20 DE SEPTIEMBRE DE 2015



Homilía del Santo Padre Francisco en la Santa Misa celebrada en la Plaza de la Revolución de La Habana


Plaza de la Revolución José Martí, La Habana
Domingo 20 de septiembre de 2015

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XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Jesús les hace a sus discípulos una pregunta aparentemente indiscreta: «¿De qué discutían por el camino?». Una pregunta que también puede hacernos hoy: ¿De qué hablan cotidianamente? ¿Cuáles son sus aspiraciones? «Ellos –dice el Evangelio– no contestaron, porque por el camino habían discutido sobre quién era el más importante». Les daba vergüenza decirle a Jesús de lo que hablaban. Como a los discípulos de ayer, también hoy a nosotros, nos puede acompañar la misma discusión: ¿Quién es el más importante?

Jesús no insiste con la pregunta, no los obliga a responderle de qué hablaban por el camino, pero la pregunta permanece no solo en la mente, sino también en el corazón de los discípulos.

¿Quién es el más importante? Una pregunta que nos acompañará toda la vida y en las distintas etapas seremos desafiados a responderla. No podemos escapar a esta pregunta, está grabada en el corazón. Recuerdo más de una vez en reuniones familiares preguntar a los hijos: ¿A quién querés más, a papá o a mamá? Es como preguntarle: ¿Quién es más importante para vos? ¿Es tan solo un simple juego de niños esta pregunta? La historia de la humanidad ha estado marcada por el modo de responder a esta pregunta.

Jesús no le teme a las preguntas de los hombres; no le teme a la humanidad ni a las distintas búsquedas que ésta realiza. Al contrario, Él conoce los «recovecos» del corazón humano, y como buen pedagogo está dispuesto a acompañarnos siempre. Fiel a su estilo, asume nuestras búsquedas, nuestras aspiraciones y les da un nuevo horizonte. Fiel a su estilo, logra dar una respuesta capaz de plantear un nuevo desafío, descolocando «las respuestas esperadas» o lo aparentemente establecido. Fiel a su estilo, Jesús siempre plantea la lógica del amor. Una lógica capaz de ser vivida por todos, porque es para todos.

Lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte de Jesús no es para unos pocos privilegiados capaces de llegar al «conocimiento deseado» o a distintos niveles de espiritualidad. El horizonte de Jesús, siempre es una oferta para la vida cotidiana también aquí en «nuestra isla»; una oferta que siempre hace que el día a día tenga cierto sabor a eternidad.

¿Quién es el más importante? Jesús es simple en su respuesta: «Quien quiera ser el primero – o sea el más importante – que sea el último de todos y el servidor de todos». Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás.

Y esta es la gran paradoja de Jesús. Los discípulos discutían quién ocuparía el lugar más importante, quién sería seleccionado como el privilegiado –¡eran los discípulos, los más cercanos a Jesús, y discutían sobre eso!-, quién estaría exceptuado de la ley común, de la norma general, para destacarse en un afán de superioridad sobre los demás. Quién escalaría más pronto para ocupar los cargos que darían ciertas ventajas.

Y Jesús les trastoca su lógica diciéndoles sencillamente que la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo. Es decir, sirviendo.

La invitación al servicio posee una peculiaridad a la que debemos estar atentos. 

Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad.

Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo.

Son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita concretamente a amar. 

Amor que se plasma en acciones y decisiones.

Amor que se manifiesta en las distintas tareas que como ciudadanos estamos invitados a desarrollar. 

Son personas de carne y hueso, con su vida, su historia y especialmente con su fragilidad, las que Jesús nos invita a defender, a cuidar y a servir. 

Porque ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos. 

Por eso, el cristiano es invitado siempre a dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles.

Hay un «servicio» que sirve a los otros; pero tenemos que cuidarnos del otro servicio, de la tentación del «servicio» que «se» sirve de los otros. 

Hay una forma de ejercer el servicio que tiene como interés el beneficiar a los «míos», en nombre de lo «nuestro». Ese servicio siempre deja a los «tuyos» por fuera, generando una dinámica de exclusión.

Todos estamos llamados por vocación cristiana al servicio que sirve y a ayudarnos mutuamente a no caer en las tentaciones del «servicio que se sirve». 

Todos estamos invitados, estimulados por Jesús a hacernos cargo los unos de los otros por amor. Y esto sin mirar de costado para ver lo que el vecino hace o ha dejado de hacer. Jesús dice: 

«Quien quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos». Ese va a ser el primero. No dice, si tu vecino quiere ser el primero que sirva.

Debemos cuidarnos de la mirada enjuiciadora y animarnos a creer en la mirada transformadora a la que nos invita Jesús.

Este hacernos cargo por amor no apunta a una actitud de servilismo, por el contrario, pone en el centro la cuestión del hermano: el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la «padece» y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas.

El santo Pueblo fiel de Dios que camina en Cuba, es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas. 

Es un pueblo que camina, que canta y alaba. Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza. Así la sembraron sus próceres. 

Hoy los invito a que cuiden esa vocación, a que cuiden estos dones que Dios les ha regalado, pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos. 

No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado.

Nosotros conocemos, somos testigos de la «fuerza imparable» de la resurrección, que «provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo» (cf. Evangelii gaudium, 276.278).

No nos olvidemos de la Buena Nueva de hoy: la importancia de un pueblo, de una nación; la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve la fragilidad de sus hermanos. Y en esto encontramos uno de los frutos de una verdadera humanidad.

Porque, queridos hermanos y hermanas, «quien no vive para servir, no sirve para vivir».

















JMP+



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