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FRANCISCO:LA HUMILDAD DEBE SER EL ESTILO DE VIDA DEL CRISTIANO. SANTA MARTA 5-12-2017
La humildad debe ser el estilo de vida del
cristiano
La humildad es una dote
indispensable en la vida del cristiano: lo subrayó el Papa Francisco en
su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa
Marta el primer martes de diciembre.
Inspirándose en un pasaje del profeta Isaías, el Pontífice recordó
que todo cristiano es como “un pequeño brote donde se posará el Espíritu del
Señor, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo y de
fortaleza, Espíritu de conocimiento y de temor del Señor”.
“Estos son los dones del Espíritu
Santo. De la pequeñez del brote a la plenitud del Espíritu. Ésta es la promesa,
éste es el Reino de Dios”. Ésta es “la vida del cristiano”, dijo el Papa y
añadió:
“ Ser consciente de que cada uno de
nosotros es un vástago de aquella raíz que debe crecer con la fuerza del
Espíritu Santo ”
“Ser consciente de que cada uno de
nosotros es un vástago de aquella raíz que debe crecer, crecer con la fuerza
del Espíritu Santo, hasta la plenitud del Espíritu Santo en nosotros. ¿Y cuál
sería el deber del cristiano? Sencillamente custodiar el brote que crece en
nosotros, custodiar el crecimiento, custodiar al Espíritu.”
¿Y cuál es el estilo de vida del
cristiano? “Un estilo – explicó Francisco – como el de Jesús,
de humildad”:
“ Se necesita fe y humildad para creer
que este brote, este don tan pequeño, llegará a la plenitud de los dones del
Espíritu Santo ”
“Se necesita fe y humildad para creer
que este brote, este don tan pequeño llegará a la plenitud de los dones del
Espíritu Santo. Se necesita humildad para creer que el Padre, Señor del Cielo y
de la Tierra, como dice el Evangelio de hoy, ha escondido estas cosas a los
sabios, a los doctos, y las ha revelado a los pequeños. Humildad es ser
pequeño, como el brote pequeño, que crece cada día, pequeño, que tiene
necesidad del Espíritu Santo para poder ir adelante, hacia la plenitud de la
propia vida.”
“Algunos creen que ser humilde –
observó el Papa Francisco – es ser educado, cortés, cerrar los
ojos en la oración”… “No, ser humilde no es eso”. “Entonces – se preguntó el Santo
Padre– ¿cómo puedo saber si soy humilde?”. A lo que respondió diciendo:
“ La humildad sin humillaciones no es
humildad ”
“Hay un signo, una señal única:
aceptar las humillaciones. La humildad sin humillaciones no es humildad.
Humilde es aquel hombre, aquella mujer, que es capaz de soportar las
humillaciones como las ha soportado Jesús, el gran humillado.”
Por último, Francisco aludió
al ejemplo de tantos santos “que no sólo han aceptado las humillaciones, sino
que las han pedido” para asemejarse a Jesús.
“Que el Señor – terminó diciendo el Papa en
su homilía – nos dé esta gracia de custodiar al pequeño hacia
la plenitud del Espíritu, sin olvidar la raíz y aceptando las humillaciones”.
María Bernarda Bernasconi. Ciudad del Vaticano
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