+
FRANCISCO: SIGNIFICADO DE EVANGELIZAR: ANUNCIO, SERVICIO Y
GRATITUD. SANTA MARTA. 11-06-2018
Memoria San Bernabé, apóstol.
El mandado de Jesús
es claro: «Id, predicad, haced
discípulos». Pero, ¿qué significa de verdad evangelizar? Hoy,
que la Iglesia celebra la fiesta del apóstol Bernabé, podríamos decir que la
evangelización tiene como tres dimensiones fundamentales: el anuncio, el servicio y la gratuidad.Partiendo de
las lecturas de la misa de hoy (Hch 11,21b-26;13,1-3 y Mt 10,7-13), queda claro
que el Espíritu Santo es el auténtico protagonista del anuncio, y que no se trata de una simple prédica o
de la trasmisión de unas ideas, sino que es un movimiento dinámico capaz de
cambiar los corazones gracias a la labor del Espíritu. Hemos visto planes
pastorales bien hechos, perfectos, pero que no eran instrumentos de
evangelización, porque simplemente estaban enfocados en sí mismos, incapaces de
cambiar los corazones. No es una actitud “empresarial” la que Jesús nos manda
hacer, no. Es con el Espíritu Santo. Dice la primera lectura: «Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu
Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado». ¡Ese
es el valor! La verdadera valentía de la evangelización no es una terquedad
humana. No. Es el Espíritu quien te da el valor y te lleva adelante.
La segunda dimensión
de la evangelización es la del servicio,
ofrecido hasta en las cosas pequeñas. Hemos leído en el Evangelio: «Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad
demonios». Es equivocada la presunción de querer ser servidos
después de haber hecho carrera, en la Iglesia o en la sociedad: “trepar” en la
Iglesia es señal de que no se sabe qué es la evangelización: «el que manda debe ser como el que sirve» (Lc
22,26), advierte el Señor en otro momento. Nosotros podemos anunciar cosas
buenas, pero sin servicio no sería anuncio; lo parece, pero no lo es. Porque el
Espíritu no solo te lleva adelante para proclamar las verdades del Señor y la
vida del Señor, sino que te lleva también a los hermanos y hermanas para
servirles. ¡El servicio! También en las cosas pequeñas. Es malo encontrar
evangelizadores que se dejan servir y viven para dejarse servir. ¡Qué feo! ¡Se
creen los príncipes de la evangelización!
Finalmente, la gratuidad, porque nadie puede redimirse gracias a
sus propios méritos. «Lo que habéis recibido gratis –nos
recuerda el Señor–, dadlo gratis». Todos
hemos sido salvados gratuitamente por Jesucristo y, por tanto, debemos dar
gratuitamente.Así pues, los agentes pastorales de la evangelización deben
aprender esto: su vida debe ser gratuita, para el servicio, para el anuncio, y
llevados por el Espíritu. Su propia pobreza les empuja a abrirse al Espíritu.
Que así sea.
JMP+
No hay comentarios:
Publicar un comentario