LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS ES UN VÍNCULO
PROFUNDO
E INDISOLUBLE
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La más alta forma de solidaridad es la oración de intercesión: Francisco
nos invita a “redescubrir su
belleza”
2013-10-30 Radio Vaticana
(RV).- (Con audio) El encuentro
semanal del Papa con los miles de fieles y peregrinos en la Plaza de San Pedro,
estuvo marcado por la catequesis de Francisco dedicada a la “comunión de los
santos”: una gran familia, nos recordó el Pontífice, donde todos los miembros
se ayudan y se sostienen entre sí.
El Obispo de Roma insistió asimismo en
que la “comunión de los santos”, gracias a la Resurrección de Cristo, establece
un vínculo profundo e indisoluble entre los que peregrinan en la tierra, las
almas del Purgatorio y los que gozan de la bienaventuranza celeste, en la que
“nos unimos como Iglesia, que encuentra en la oración de intercesión la forma
más alta de solidaridad”. (RC-RV)
Resumen de la catequesis y saludo del
Papa en nuestra lengua durante la audiencia:
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero hablar sobre una realidad
muy bella de nuestra fe: “la comunión de los santos”. Esto significa comunión
entre las personas santas. Existe una comunión de vida entre nosotros los que
creemos en Cristo y nos hemos incorporado a Él por el Bautismo.
La relación entre Jesús y el Padre es el modelo de este fuego de amor. Y la “comunión de los santos” es una gran familia. Todos nosotros somos familia, una familia donde todos procuramos ayudarnos y sostenernos entre nosotros.
Podemos hacernos esta pregunta: ¿Sabemos compartir las incertezas de nuestro camino de fe buscando la ayuda de la oración y del consuelo espiritual?
¿Escuchamos y ayudamos a los que los nos piden está ayuda?
Esta unión, comunión -“comunión” significa “unión común”, todos en familia unidos-, gracias a la Resurrección de Cristo, establece un vínculo indisoluble entre los que peregrinan en la tierra, las almas del Purgatorio y los que ya están en el cielo, y nos unimos ayudándonos unos a otros.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, El Salvador, México y los demás países latinoamericanos.
Invito a todos a redescubrir la belleza de la fe en esta unión común de todos los santos. Una realidad que nos concierne mientras somos peregrinos en el tiempo, y en la cual, con la gracia de Dios, vamos a vivir para siempre en el cielo. Muchas gracias.
La relación entre Jesús y el Padre es el modelo de este fuego de amor. Y la “comunión de los santos” es una gran familia. Todos nosotros somos familia, una familia donde todos procuramos ayudarnos y sostenernos entre nosotros.
Podemos hacernos esta pregunta: ¿Sabemos compartir las incertezas de nuestro camino de fe buscando la ayuda de la oración y del consuelo espiritual?
¿Escuchamos y ayudamos a los que los nos piden está ayuda?
Esta unión, comunión -“comunión” significa “unión común”, todos en familia unidos-, gracias a la Resurrección de Cristo, establece un vínculo indisoluble entre los que peregrinan en la tierra, las almas del Purgatorio y los que ya están en el cielo, y nos unimos ayudándonos unos a otros.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, El Salvador, México y los demás países latinoamericanos.
Invito a todos a redescubrir la belleza de la fe en esta unión común de todos los santos. Una realidad que nos concierne mientras somos peregrinos en el tiempo, y en la cual, con la gracia de Dios, vamos a vivir para siempre en el cielo. Muchas gracias.
Traducción del texto completo de la
catequesis del Papa en italiano
Creo en la Comunión de los Santos
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos
días!
Hoy, me gustaría hablar de una
realidad muy bonita de nuestra fe, es decir, la "comunión de los
santos". El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que este término
hace referencia a dos realidades: la comunión en las cosas santas, y la comunión
entre las personas santas (núm. 948).
Me centro en el segundo significado:
se trata de una verdad de las más consoladoras de nuestra fe, porque nos
recuerda que no estamos solos, sino que existe una comunión de vida entre todos
los que pertenecen a Cristo. Una comunión que nace de la fe; de hecho, el
término "santos" se refiere a aquellos que creen en el Señor Jesús, y
son incorporados a Él en la Iglesia a través del Bautismo. Por eso los primeros
cristianos también fueron llamados "santos" (cf. Hch 9,13.32.41,
Romanos 8:27, 1 Corintios 6:01).
1. El Evangelio de Juan dice que,
antes de su Pasión, Jesús oró al Padre por la comunión entre los discípulos,
con estas palabras: "Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo
en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me
enviaste".(17:21)
La Iglesia, en su verdad más profunda,
es comunión con Dios, familiaridad con Dios, comunión de amor con Cristo y con
el Padre en el Espíritu Santo, que se prolonga en una comunión fraterna.
Esta relación entre Jesús y el Padre
es la "matriz" de la unión entre nosotros cristianos: si estamos
íntimamente incluidos en esta "matriz", en este horno ardiente de
amor que es la Trinidad, entonces podemos verdaderamente convertirnos en un
único corazón y en una sola alma entre nosotros, porque el amor de Dios quema
nuestros egoísmos, nuestros prejuicios, nuestras divisiones internas y
externas. El amor de Dios quema también nuestros pecados.
2. Si existe este enraizamiento en la
fuente del Amor, que es Dios, entonces también existe el movimiento recíproco:
de los hermanos a Dios; la experiencia de la comunión fraterna que me lleva a
la comunión con Dios.
Estar unidos entre nosotros nos lleva
a estar unidos con Dios, a esta unión con Dios que es nuestro Padre. Nuestra fe
necesita el apoyo de los demás, ¡especialmente en los momentos difíciles! Y si
estamos unidos, la fe se hace fuerte ¡Qué hermoso es apoyarse mutuamente en la
aventura maravillosa de la fe! Digo esto porque la tendencia a cerrarse en lo
privado también ha influido en la esfera religiosa, tanto es así que muchas
veces es difícil buscar ayuda espiritual en aquellos que comparten nuestra
experiencia cristiana.
¿Quién de nosotros -¡todos, todos!-
quién de nosotros no ha experimentado inseguridades, desorientaciones e incluso
dudas en el camino de la fe? Todos, todos hemos experimentado esto: yo también.
Todos. Es parte del camino de la fe, es parte de nuestra vida.
Todo esto no debe sorprendernos, porque somos seres humanos, marcados por la fragilidad y las limitaciones. Todos somos frágiles, todos tenemos limitaciones: no se asusten. ¡Todos las tenemos!
Todo esto no debe sorprendernos, porque somos seres humanos, marcados por la fragilidad y las limitaciones. Todos somos frágiles, todos tenemos limitaciones: no se asusten. ¡Todos las tenemos!
Sin embargo, en estos momentos
difíciles hay que confiar en la ayuda de Dios, a través de la oración filial, y
al mismo tiempo, es importante encontrar el coraje y la humildad para estar
abiertos a los demás, para pedir ayuda, para que nos den una mano: “dame una
mano, tengo este problema”. ¡Cuántas veces lo hemos hecho! Y luego, hemos
conseguido superar el problema y encontrar a Dios, otra vez.
En esta comunión -comunión quiere decir ‘común unión’, todos unidos, unión común- en esta comunión somos una gran familia, todos nosotros, donde todos los miembros se ayudan y se apoyan mutuamente.
En esta comunión -comunión quiere decir ‘común unión’, todos unidos, unión común- en esta comunión somos una gran familia, todos nosotros, donde todos los miembros se ayudan y se apoyan mutuamente.
3. Y ahora vengamos a otro aspecto: la
comunión de los santos va más allá de la vida terrena, va más allá de la muerte
y dura para siempre. Esta unión entre nosotros va más allá y continua en la
otra vida. Es una unión espiritual que nace del Bautismo, no se trunca con la
muerte, sino que, gracias a que Cristo ha resucitado, está destinada a
encontrar su plenitud en la vida eterna.
Hay un vínculo profundo e indisoluble
entre los que todavía son peregrinos en este mundo, entre nosotros, y los que
han cruzado el umbral de la muerte a la eternidad.
Todos los bautizados en la tierra, las
almas del Purgatorio y todos los beatos que están ya en el Paraíso forman una
única gran Familia. Esta comunión entre tierra y cielo se realiza sobre todo en
la oración de intercesión.
Queridos amigos, tenemos esta belleza,
la memoria de la fe: es una realidad nuestra, de todos, que nos hace hermanos,
que nos acompañamos en el camino de la vida, y nos vamos a encontrar de nuevo,
allí arriba, en el Cielo.
Vayamos por este camino con confianza,
con alegría. Un cristiano debe ser alegre, con la alegría de tener a tantos
hermanos bautizados que caminan con nosotros, y también con la ayuda de
nuestros hermanos y hermanas que hacen este viaje para ir al Cielo, y también
con la ayuda de nuestros hermanos y hermanas que están en el Cielo y rezan a
Jesús por nosotros.
¡Adelante por este camino, y con
alegría!
(Traducción del italiano: Eduardo
Rubiò- Radio Vaticano)
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El Papa Francisco explica qué es la comunión de los santos
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